Zancadas con nombre propio

Casi todas ellas tenían motivos de peso para completar los cinco kilómetros y medio de recorrido por algunas de las principales calles de la capital alavesa. Por padecer o haber sufrido cáncer o por tenerlo cerca, como le sucede a Iratxe Íñiguez. «Un hombre y una mujer muy cercanos a mí» están ahora en esa difícil situación «y corro por primera vez para apoyarles», decía emocionada al recordarles.

Un festival de fitness y aeróbic fue el colofón a una mañana color de rosa en Mendizabala.

Hace catorce años que superó un cáncer de mama «pero pasó tiempo hasta que los doctores me dijeron qué me pasaba». Victoria cree que «ya tiene que dejar de ser un tabú, llamar a las cosas por su nombre y afrontar la realidad». Y también sus consecuencias, que ella las sufre en el brazo izquierdo «porque me quitaron unos ganglios con la intervención en quirófano». Sus amigas Azucena y Sara tienen claro que Victoria «es una luchadora». «Hemos venido a apoyarle a ella y a otras muchas mujeres».

Estas tres amigas se estrenaban en la Carrera de la Mujer de Vitoria como colofón a un fin de semana «en el que hemos disfrutado mucho». Aficionadas al 'running' -Iosune Alberdi acabó en sexta posición-, tenían ganas de conocer en primera persona el ambiente de la prueba «porque habíamos oído hablar maravillas». Y de paso conocer una ciudad que «está muy bonita». «Hemos aprovechado a tope, ha hecho buen tiempo y yo me vuelvo a Tolosa como si hubiera estado en Honolulu, ja, ja, ja», señalaba Arantxa Garín.

Cuatro años de tratamiento lleva María Clemente por su cáncer de mama, diagnosticado en julio de hace cuatro años. «Ese junio vine a correr para apoyar a las mujeres que estaban sufriendo», recordó. Ahora es ella, «pero de esto se sale, seguro», decía animada, al igual que su amiga Pilar González, que hace un año deja atrás un cáncer de pulmón. «Hay que seguir investigando para ganar la batalla y acompañar a quienes lo sufren», dijo.