En el centro, Denis Pinzaru y Chunhai Jin Zhou, alumnos ganadores. A izquierda y derecha, Iñigo Baudoin e Iván Chukhontsev, finalistas. Blanca Castillo

Un «vuelo pasivo» para ahorrar gasolina

Dos alumnos de Bachillerato de Egibide obtienen el segundo Premio Nacional Don Bosco en Zaragoza a la investigación

Martes, 11 de abril 2023, 01:18

¿Cuál es la máxima distancia que puede recorrer un avión de papel? Intentar encontrar una respuesta rápida en un buscador 'online' arroja para esta consulta más de dos millones de resultados. El primero, el mejor posicionado, indica que el récord está en 68 metros. ... Duda resuelta. A por la siguiente pregunta. ¿Un planeo mejor estudiado de los aviones de metal puede llevar un menor gasto de combustible? Las respuestas se reducen y, debido a la complejidad de la cuestión, muchas de ellas no aportan fiabilidad. Denis Pinzaru y Chunhai Jin Zhou, alumnos de segundo de Bachillerato del centro Egibide, se hicieron hace un año este mismo planteamiento y de la papiroflexia pasaron a enredarse en un complejísimo proyecto que ha acabado obteniendo en Zaragoza el segundo Premio Nacional Don Bosco a la investigación e innovación tecnológica.

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El título 'Influencia de la aerodinámica en el vuelo pasivo' se reconoció hace menos de un mes en la capital aragonesa entre otras 58 iniciativas venidas de todos los puntos de España. Entre los participantes se encontraba también el trabajo de sus compañeros Iñigo Baudoin e Iván Chukhontsev, que trataron de comprender si la formación de esferificaciones podría servir para fabricar recipientes resistentes y reemplazarlos por botellas de plástico. Una vez obtenido el galardón y después de ser reconocidos por sus tutores Susana Arriaran y Aitor Ibabe y otros docentes del instituto la pregunta parece inevitable.

- ¿Qué queréis estudiar después de esto?

- Denis Pinzaru: Pienso en una ingeniería. Puede que la aerospacial. Pero decidir cuál me parece, de momento, complicado.

- Chunhai Jin Zhou: Yo no lo tengo claro. Ingeniería puede ser una opción, pero si me da la nota igual tendría ganas de cursar Física.

Sus respuestas no contrastan con las que podría dar cualquier otro chaval de dieciocho años. Así que lo que sorprende, esta vez, es la habilidad y el esfuerzo que han dedicado a elaborar un estudio que pueda traspasar las aulas y llegar a impactar en el medio ambiente. Y no es un decir, porque a las empresas del territorio ya les ha llegado su investigación. Empleados en el País Vasco de Capgemini y Aernnova les tendieron la mano para resolver muchos de los quebraderos de cabeza que se les plantearon en estos dos años que les ha costado sacar adelante, con un montón de cálculos, una lanzadera y un túnel del viento.

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La investigación

Empleados en el País Vasco de Capgemini y Aernnova les echaron una mano para resolver dudas

«Saber que nuestros resultados van a poder ayudar a la industria es una sensación increíble»

Chunhai Jin Zhou

Trabajo de marquetería

Cables, tablas de madera, papel, poliespán... El resultado físico, palpable, se asemeja a una faena de marquetería. Sacar los conocimientos del folio resultaba necesario para comprobar si funcionaban. «La lanzadera nos ayudó a estudiar el ángulo de lanzamiento. El túnel nos sirvió para medir la influencia del flujo del aire en las alas del avión. Una de nuestras conclusiones es que si se emplea el planeo pasivo en la fase de aterrizaje, se puede llegar a reducir combustible», explica Pinzaru, que ha pasado de querer dejar los estudios a ser un alumno aventajado.

Eso sí, antes de obtener unas conclusiones favorables «trasteamos, nos frustramos, tuvimos muchos fallos e incluso quisimos dejarlo», añade Jin Zhou. «Pero saber que nuestros resultados van a poder ayudar a impulsar la industria, que hay gente que va a poder saltarse un paso, es una sensación increíble», concluye orgulloso.

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