Un vitoriano procesado por violencia de género se cambia de sexo

Completó a principios de verano esta modificación, legal gracias a la Ley Trans aprobada en febrero de 2023 por el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios como garante de la autodeterminación de género para el colectivo LGTBI. En pocas palabras, este texto permite el cambio de sexo a los mayores de 16 años con el mero trámite de cumplimentar un formulario en el Registro Civil y sin necesidad de someterse a ningún tratamiento hormonal.

Desde entonces, más de 400 vascos se han servido de esta herramienta legal. Sin embargo, la conversión de este ciudadano alavés ha sido seguida con recelo en el Palacio de Justicia debido a las especiales circunstancias que la rodean.

«El cambio de sexo se ha producido en el curso de la instrucción (investigación judicial) con la presunta intención de que la competencia deje de estar en el Violencia sobre la Mujer (juzgado encargado de la violencia de género) para pasar a un juzgado de Instrucción (donde se procesaría como una violencia doméstica, con una probable menor carga penal)», deslizan los medios consultados y conocedores de este episodio que ya ha tenido una réplica.

Otra persona nacida varón y procesada por atacar a su antigua pareja también se ha presentado en el Registro Civil de Vitoria con idéntica solicitud. Este segundo caso, no obstante, todavía se halla abierto.

Porque la petición de cambio de sexo precisa de varios capítulos. Tras la solicitud inicial, la administración suele dar un tiempo de reflexión de un mes al interesado -la mayoría son hombres que pasan a ser mujeres- antes de someterle a una pequeña evaluación psicológica.

Superado ese trámite -apenas el 2% es rechazado por este motivo- ya está en condiciones de completar el cambio legal, que se enreda bastante más a la hora de renombrar todos sus documentos y posesiones a nombre del candidato, que implican desembolsos económicos. En este punto abandona el 22%, según los datos del Departamento de Justicia.

De vuelta al vitoriano ya convertido en vitoriana, su transformación no acarreará ninguna consecuencia procesal respecto a la denuncia interpuesta por su antigua compañera sentimental. La Ley Trans especifica -en su artículo 46- la imposibilidad de eludir cualquier régimen jurídico previo al cambio de sexo registral. Por ejemplo, una condena por violencia de género como ocurre en esta situación.

«Si cuando se ha cometido el delito tenías sexo masculino, la competencia va a seguir siendo de Violencia sobre la Mujer aun cuando luego se cambien de sexo», ilustran desde el Palacio de Justicia de la Avenida de Gasteiz. La diferencia estriba en que «si esta persona protagonizase otros delitos ya con sexo femenino, la competencia judicial sí variaría y se le procesaría como mujer».

Este par de casos vitorianos difieren en este punto del de ertzaina guipuzcoano que en agosto fue denunciado por su mujer, lo que generó una enorme ola mediática. La denuncia -que refería una agresión con un cuchillo de cocina- se produjo nueve meses después de su conversión legal de hombre a mujer.

Tras varias semanas de dudas, la Justicia aceptó en septiembre la petición de la Fiscalía de Gipuzkoa de que fuera el Juzgado de Violencia contra la Mujer. El Juzgado de Instrucción número 4 de San Sebastián -el primero que cursó el expediente- argumentó que «no se puede hacer la ficción» de que el agente acusado de amenazar a su esposa son «dos personas distintas», una antes de cambiarse de sexo y otra después.

El ertzaina, que trabajaba en una comisaría de la zona de Donostialdea, fue arrestado durante la madrugada del 17 de agosto en su domicilio en la capital guipuzcoana, acusado de un intento de agresión a su pareja, después de que en el fragor de una discusión esgrimiera un cuchillo. En el momento de su detención relató que se había cambiado legalmente de sexo y solicitó ser tratado según el protocolo establecido para las mujeres.