«El vitoriano necesita un 'punch' de autoestima. Tiene una ciudad acogedora, plácida y armónica»

- ¿Tiene alguno favorito?

- Ir a tomar un café a la Virgen Blanca, al Dublín, es algo que hago con cierta asiduidad. También me gusta entrar en el Casco Viejo y siempre que puedo, los sábados por la mañana me adentro en el bosque de Armentia para correr doce kilómetros hasta Esquível. Es un paraje.

- ¿Se mueve en bici?

- Tengo pendiente traer la bici de Donostia, ya que veo que es algo indispensable para la ciudad. Es una ciudad muy asequible para moverse a pie.

- ¿Cuando está en Gipuzkoa pide vinos de Rioja Alavesa?

- Me gustan los vinos que no conozco, nuevos e incluso extranjeros. En España, cada vez se hacen mejores y estoy conociendo bodegas, la cultura del vino y familias que llevan trabajando esta cuestión desde hace mucho tiempo. Lo cuidan, lo miman y es algo más que un producto a vender, es casi como su hijo.

- ¿Qué echa de menos de Donostia?

- La familia, claro está, pero tampoco muchas otras cosas porque la pandemia limita lo que se puede hacer allí.

- ¿La vida cultural?

- Es complicado hacer comparaciones. La pandemia lo ha trastocado todo y estamos en un momento en el que es muy complicado disfrutar. Las semanas previas a la declaración de estado de alarma tuve la ocasión de visitar el Artium, pero tengo ganas de disfrutar del Festival del Jazz y en mi agenda tengo apuntadas varias citas de Poetas en Mayo.

- ¿Ha visto las últimas producciones cinematográficas 'made in Álava'?

- Me perdí la presentación de 'Ane' y eso que hay varias tomas que se hicieron aquí, en la Delegación. Tampoco he visto la de Juanma Bajo Ulloa ('Baby') que debe ser muy especial al carecer de diálogos.