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El Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria envió ayer, lunes, a prisión a un vecino del bario de Coronación tras quebrantar «por cuarta vez en una semana» la orden de alejamiento de su madre. La Policía Local le sorprendió una vez más y ... se lo llevó detenido por su reincidencia.
En la mañana de ayer presentó a este vitoriano de mediana edad ante la autoridad judicial. Su reincidencia y carácter agresivo –«es conocido en el barrio porque salió a la calle con un cuchillo y amenazó a los fieles de una mezquita»–, recuerdan en la comisaría de Aguirrelanda»– inclinaron a la titular de Instrucción 3 a enviarle una temporada a Zaballa.
Este suceso es el colofón a un puente festivo «empañadopor incidentes de todo tipo» en Vitoria, según fuentes internas de la Policía Local, Ertzaintza y Guardia Civil. Bien lo saben en las viviendas sociales de calle Ferrocarril del Norte, en Salburua. En estos bloques, pertenecientes a Alokabide, una sociedad del Gobierno vasco, hace meses que se colaron okupas. La madrugada del sábado , patrulleros de la Policía Local y la Ertzaintza tomaron el lugar.
«Hubo una fiesta ilegal en uno de los pisos okupados. Si les llamabas la atención se te encaraban. Se pusieron chulos también con los policías. Hasta el amanecer no pararon. Tenemos mucho miedo», desgranan vecinos legales de esta zona. Se investiga si esa casa se alquila para festejos.
La noche siguiente, los uniformados retornaron a esa punto. Esta vez por una paliza sufrida por un habitante a manos de un grupo de jóvenes. «Le golpearon entre siete. Usaron bates y puños americanos. Después se escondieron en casa del padre de uno de ellos», revelan habitantes del barrio. Al lugar acudió hasta el PRI, la unidad especializada actuaciones delicadas como asaltos. Al final, los agentes recibieron la orden de replegarse. «Se sabe quiénes son. En algún momento saldrán a la calle y caerán», aseguran fuentes policiales.
«No hemos parado en todo el puente. Sólo en violencia de género ha habido una media de dos arrestos al día, lo que da una idea de lo que ha ocurrido», coinciden los medios consultados.
La madrugada del sábado, una vecina alertó a los guardias civiles que custodian la comandancia de Sansomendi de un robo en un locutorio cercano. Estos agentes fueron los primeros en llegar. Atraparon a un ladrón en la puerta y, ya con ayuda de la Policía Local, sacaron a otro escondido debajo de un coche.
Habían logrado hacerse con 3.000 euros del establecimiento comercial y varios productos. Los dos autores materiales, de 22 y 20 años, cuentan con «numerosos antecedentes por hechos similares». A las pocas horas salieron en libertad con cargos del Palacio de Justicia.
Horas después, desconocidos robaron en un conocido bar de copas del centro. Con el local ya cerrado, forzaron la persiana y se hicieron con el dinero para los cambios que encontraron en la caja registradora.
La noche del sábado al domingo fue la más movida. Hubo un detenido por robo con violencia y otro por encararse con los viandantes «armado con un destornillador». Y en las canchas de Los Herrán, ertzainas abortaron una pelea programada entre «dos grupos rivales». Uno de los participantes necesitó una decena de puntos de sutura en la cara a causa de los golpes recibidos. Su presunto agresor acabó en un calabozo.
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