Iker Samaniego. Canal Tropical

Crimen en Barranquilla

Un vitoriano de 33 años aparece «asesinado» en Colombia

Hallan el cuerpo del alavés con «una herida en el rostro y laceraciones en el cuello». Iker vivió al límite. Quemó su Ferrari y le condenaron por torturas

Jueves, 21 de marzo 2024, 00:19

Vivió siempre al límite. Conocido como 'el duque', el cuerpo de Iker Samaniego apareció el pasado fin de semana en una vivienda de la ciudad colombiana de Barranquilla. Tenía 33 años. La investigación de la Policía Metropolitana evita todavía hablar oficialmente de un crimen, aunque ... sí reconoce signos de violencia en el cadáver. «Herida en la cara y laceraciones en el cuello», reza el comunicado emitido por la Policía Metropolitana de aquel país. Otras fuentes aseguran que fue asesinado. La investigación policial trabaja en la hipótesis de una muerte violenta, con dos posibles orígenes: un crimen, sin descartarse todavía el suicidio.

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Muy conocido en algunos círculos de la ciudad, hacía tiempo que había hecho las maletas. En parte por sus problemas con la Justicia. Criado en una familia de clase media y culta, siempre se expuso en las redes sociales avalado por un físico privilegiado. Medía alrededor de 1,90 metros y lucía una cuidada figura de culturista.

En 2014, su Ferrari de segunda mano ardió como una tea frente al embalse de Ullíbarri-Gamboa, en la zona de la playa de Landa. Tanto él como su acompañante salieron con pequeñas quemaduras sin importancia, pero su nombre ganó entonces bastante notoriedad a nivel local.

La Policía trabaja en la hipótesis de una muerte violenta

En 2016, un hombre desfigurado, ensangrentado y con un «boquete» de arma blanca en un muslo irrumpió en la comisaría de Portal de Foronda. Contó a los agentes que trabajaba ilegalmente en una plantación de marihuana. Sus jefes le habían acusado de robar material y le torturaron para hacerle hablar. Logró escaparse. Iker era uno de aquellos teóricos superiores. Pasó un tiempo en prisión preventiva.

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Un par de años después, la Audiencia Provincial de Álava le condenó por estos hechos a un global de 5 años por siete delitos diferentes que no conllevaron ingreso penitenciario. Cabe recordar que esa pena fue fruto de un acuerdo con la Fiscalía, que de inicio le reclamaba diecinueve años de cárcel.

A partir de ahí, pese a seguir exponiéndose en las redes sociales, parece ser que trató de encauzar su agitada vida personal. Poco a poco, su estela se difuminó en la capital alavesa. Ninguna de las personas consultadas por EL CORREO es capaz de situar la fecha concreta de su partida. «Tras salir de la cárcel estuvo un tiempo por aquí y luego ya optó por cruzar el 'charco'», apuntan desde su entorno.

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Lo cierto es que tras la pandemia su pista se pierde. Ayer, este periódico constató con medios consulares de España su fallecimiento en el barrio de Simón Bolívar, en Barranquilla, a 7.721 kilómetros de su ciudad natal. La información inicial que manejan es que fue «asesinado». La Embajada de España ya ha contactado con su familia alavesa.

«Una vida de bandido»

Llevaría un tiempo en el país latinoamericano donde, avisa un conocido, «se juntó con gente que no debía». En Barranquilla «alquiló una casa con piscina en el salón. Iker vivió como quiso. Una vida de bandido», alaba otro sondeado por este periódico que quiere hacer un inciso; «a mí siempre me trató muy bien». Varios amigos vitorianos fueron a visitarle en diversas ocasiones.

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Las informaciones procedentes de Colombia hablan de que este joven «estuvo bebiendo alcohol en su casa durante el fin de semana y solía asomarse a la terraza para conversar con vecinos». Al no verle y «preocupados por su ausencia, llamaron al propietario del inmueble, quien encontró el cuerpo del español con laceraciones en el cuello y una herida en el rostro», coinciden varios medios locales de Barranquilla.

La Policía Metropolitana de esta localidad colombiana de 1,2 millones de habitantes investiga la muerte para tratar de esclarecer los hechos. Si fue un crimen, primera hipótesis manejada, o un suicidio. Lo único seguro es que cuando su casero entró en la casa, descubrió el cuerpo de 'el duque' vitoriano sin signos vitales.

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