Una vitoriana se casa consigo misma en Teruel
Sologamia ·
Aitziber se dio el 'sí quiero' rodeada de su círculo más íntimo. «No estamos locas, es un compromiso para estar tú al mando», alumbra May Serrano, su «casamentera»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sologamia ·
Aitziber se dio el 'sí quiero' rodeada de su círculo más íntimo. «No estamos locas, es un compromiso para estar tú al mando», alumbra May Serrano, su «casamentera»David González
Sábado, 5 de octubre 2024, 00:21
Sí, quiero», proclamó segura Aitziber. Sus amigas aplaudieron, saltaron y vitorearon. Risas, besos y abrazos. Esa alegría tan auténtica de cualquier boda. Sólo que en esta ocasión no había pareja. Aitziber se casó consigo misma. Esta vitoriana dio tan peculiar paso en una casa rural ... de Teruel. Ella misma se colocó el anillo. Leyó sus votos. Se prometió ser muy feliz. También quererse más. A esta práctica se le conoce como sologamia.
«No, no estamos locas», ataja May Serrano, la «casamentera» que ofició la ceremonia, idéntica en el desarrollo a las tradicionales con dos cónyuges. «Esto es un ritual de paso», especifica esta pionera que ya se casó consigo misma en 2011. «Se trata de un compromiso que adoptas en voz alta delante de x personas». 14 en el caso de Aitziber, quien antes completó un año previo de acompañamiento con esta experta turolense en el que completó una serie de ejercicios «para aprender a parar y escucharte. Y la pregunta del millón: ¿qué necesito? Tirando de la manta van saliendo cositas». El feliz enlace tuvo lugar el sábado 7 de septiembre a 188 kilómetros de la autodenominada ciudad del amor, por el romance de Isabel de Segura y Diego Marcilla.
En los últimos cinco años, «150 mujeres» han pasado por el altar de Serrano. Son ceremonias de enorme carga simbólica para las oficiantes, aunque sin ningún valor legal. No te dan los quince días de vacaciones ni una fiscalidad específica, por ejemplo.
El compromiso incluye promesas como «quererte, ponerte la primera, estar tú al mando». Y, advierte Serrano, «no impide que tengas relación con otra persona si aparece con el tiempo. Algunas hasta han traído a su pareja a la boda». May la tenía cuando se dio el sí quiero en Bizkaia. ¿Aitziber? «Está sola que yo sepa». En todo caso, las defensoras de esta vía destacan que si aparece otra persona especial en sus vidas logran relaciones «más igualitarias» gracias a este paso.
El boom de la sologamia llegó a España tras la pandemia. «La más joven que he casado tenía 20 años y la mayor rondaba los 70». La mayoría que han declarado su amor unilateral rondan «entre los 40 y los 55 años». Existe hasta una película inspirada en esta tendencia. Se llama 'La boda de Rosa'. La protagonizó Candela Peña bajo la dirección de Icíar Bollaín y se estrenó en 2020. La degustaron «160.895 espectadores» y recaudó «931.873,03 euros», según la estadística oficial del Ministerio de Cultura.
«Conocerte, pedirte salir, es un poco tomarte el tiempo para estar contigo misma. Ver qué es eso de que te tienes que querer más. Es lo que me pasó a mí. Jolín, este compromiso es muy grande. Todo eso que he aprendido con los años, ahora acompaño a otras mujeres para que lo hagan y aprendan. Nos gustan unas cosas, nos sentimos queridas de una manera, tenemos unos límites, aprender a decir que no, dejar de ser las cuidadoras para cuidar de nosotras», enumera.
¿Y los hombres? ¿Por qué no emprenden este camino? Serrano responde que «mi comunicación es toda en femenino, pero no estoy cerrada a que alguno se acerque. Creo que en este camino de compromiso, los hombres llevan ventaja porque socialmente está mejor visto que un hombre se ponga como prioridad. A nosotras nos han educado para quedarnos en segunda fila. Las cosas están cambiando evidentemente, pero todavía nos queda mucho».
La sologamia tampoco anda exenta de sufrir «cuernos», pero aunque se trata de connotaciones distintas a los de las relaciones convencionales. «A veces te los pones, pero dices 'un momento, que yo un día estuve plantada delante de cien personas diciendo que yo me iba a cuidar a mi'», ataja esta casamentera. Se refiere por tanto a «hacer algo que no es bueno para mí. Ir a una cita aunque no tenga ganas, dejar que mi trabajo abusen de mí...».
Serrano es consciente de que su elección de vida puede no entenderse por todos. «La primera vez que lo contamos no veas qué de insultos en las redes sociales. Que si con lo fea que soy normal que esté sola y cosas así. Pero ya ves cómo me afectó que aquí sigo», se carcajea.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.