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Fumata blanca en la Alcaldía de Vitoria. El recién alcanzado acuerdo global entre el PNV y el PSE a nivel de Euskadi otorgará la makila a Maider Etxebarria, que además de convertirse en la primera regidora de la historia de la capital alavesa, devolverá el ... sillón del Pleno al PSE 16 años después de la victoria de Patxi Lazcoz. La propia Etxebarria ha anunciado que presentará su candidatura a liderar el Ayuntamiento minutos después de que se cerrara el pacto entre partidos.
La investidura, que se producirá el próximo día 17, sólo necesita que el PP lo formalice con al menos dos votos a favor. El partido de Ainhoa Domaica ya ha anunciado que apoyará «gratis» a los gobiernos que aparten a la izquierda abertzale de las instituciones. Es más, la formación aseguró que al margen de posibles terceros pactos, los casos en los que pueden aparcar a Bildu «prevalecen» incluso sobre la opción de entrar en otros ejecutivos, según explicó el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, al considerarlo una cuestión «ética».
De ahí que, a pesar de que nunca conviene dar nada por sentado en la política, dar marcha atrás en esta decisión a menos de dos meses de las elecciones generales cuando el veto a EH Bildu y la inclusión de 44 exetarras en las candidaturas municipales y forales ha sido uno de sus grandes caballos de batalla, se antoja impensable.
El pacto entre jeltzales y nacionalistas se había dado casi por sentado desde la misma noche electoral. Sin embargo, las direcciones de ambas formaciones advirtieron de que aún había «flecos» por cerrar. Las conversaciones se han prolongado durante casi una semana. Principalmente, porque el panorama ha cambiado de forma significativa en diferentes localidades tras el declive jeltzale. En la cabeza de ellas figura Vitoria, donde ninguno de los dos partidos que han integrado el último gobierno había sido la fuerza más votada (EH Bildu se impuso con una victoria histórica) y, además, el propio PSE había tomado la delantera al PNV (cuarta fuerza) en el escenario municipal.
Pero a pesar de que la capital alavesa ha jugado un papel determinante en las negociaciones (ha sido el municipio con mayor peso), el acuerdo se ha tomado a nivel autonómico, ya que estaban en juego plazas tan importantes como Legutio, Iruña de Oca y 18 localidades vizcaínas.
En Vitoria, además, a ese binomio había que añadir el apoyo innegociable que necesitaban del PP, al igual que en la Diputación de Gipuzkoa. Y aunque los conservadores, tanto de la mano de Alberto Núñez Feijóo como Carlos Iturgaiz habían anunciado sus votos para apartar a la izquierda abertzale, querían hacer valer sus victorias en Labastida y Laguardia. Estas negociaciones, sin embargo, se encuentran todavía por zanjar. En estos casos, el PP, sin mayoría absoluta, quiere blindar su primacía frente a una eventual alianza de PNV y Bildu.
Nacionalistas y socialistas coinciden en que la actual fórmula de gobierno da «estabilidad» a las instituciones porque tanto la Diputación alavesa como el Gobierno vasco están tutelados por esta receta. En el Ayuntamiento, una entente entre Bildu y Elkarrekin Podemos habría sumado nueve ediles, lo que habría supuesto un gobierno más reducido (PNV y PSE suman 12) y una mayor dificultad para lograr apoyos en proyectos estratégicos por la distancia que han marcado las formaciones respecto a la coalición soberanista. Eso sí, el PP ya ha advertido a que la «legislatura es muy larga», y que no tendrán sencillo aprobar los presupuestos u otros acuerdos tras el portazo de PNV y PSE a posibles alianzas a tres bandas.
El movimiento consuma un nuevo relevo al frente del gobierno municipal, que ha conocido cuatro regidores de tres partidos diferentes (Lazcoz, Maroto, Urtaran y ahora Etxebarria) en los últimos 16 años. Al margen de la policromía, que no será completa tras impedir el ascenso de EH Bildu tras ganar sus primeras elecciones, los socialistan habrán participado en los tres últimos ejecutivos locales: en los dos de Gorka Urtaran (en la primera con la legislatura ya iniciada) y ahora con Etxebarria a la cabeza.
Con todo, el nuevo gobierno de Etxebarria y Artolazabal será aún más frágil que en el último mandato, ya que contarán con un edil menos y su socio preferente en pactos determinantes (Elkarrekin Podemos) se ha decantado de manera evidente hacia EH Bildu. El pasado jueves, la coalición soberanista se reunió con el grupo morado para perfilar un eventual gobierno. El cónclave, sin embargo, tenía un ojo puesto en el posible pacto entre el PNV, PSE y el apoyo del PP, que desactivaba cualquier opción de gobierno para Rocío Vitero, como ha sucedido.
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