Vitoria vive la procesión más silenciosa del año, la del Santo Entierro

La Catedral de María Inmaculada ha acogido desde las 18.00 horas el principal oficio presidido por el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde. Entrando en procesión por la nave principal, en completo silencio, el prelado, vestido de rojo recordando la sangre de Cristo, así como los sacerdotes concelebrantes se ha postrado durante unos minutos ante la cruz que preside el altar mayor, cubierta con un amplio velo en señal de luto, para venerarla de manera especial. Muchos asistentes se han arrodillado igualmente para venerar el madero que recuerda donde Cristo fue clavado. En todo el oficio no ha habido ningún canto ni se ha celebrado ningún sacramento.

Tras estos momentos iniciales, el obispo ha compartido una breve reflexión sobre el Viernes Santo. Tras sus palabras, los sacerdotes concelebrantes han ido descubriendo la cruz que estaba al inicio cubierta con un velo en el altar mayor hasta quedar desvestida mostrándose protagonista de la celebración de hoy y concluyendo así este oficio. Todas las iglesias han dejado esta tarde sus puertas abiertas para que los fieles pudieran venerar la cruz y recordar la muerte del Señor.