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Carpetazo a la expansión de Vitoria. El Ayuntamiento ha dado este lunes el visto bueno inicial al modelo de ciudad que prevé para la próxima década, que contempla la construcción de 25.000 nuevos pisos y el desarrollo de los proyectos de ampliación de Mercedes ... y Michelin, entre otros múltiples aspectos. El acuerdo entre el equipo de gobierno (PNV-PSE) con Elkarrekin Podemos, que se ratificará hoy en el Pleno municipal, salva 'in extremis' el primer obstáculo a la espera de la aprobación definitiva, que deberá llegar como tarde en febrero de 2025. Sin embargo, la euforia de las formaciones que sacaron adelante el principal documento urbanístico de la ciudad (llegaron a escucharse aplausos desde los despachos del PNV tras la votación) chocó con las dudas y las críticas de EH Bildu y PP, que ven el resultado final «insuficiente» y hasta «peligroso».
A pesar de que la concejala de Territorio, Ana Oregi (PNV), aseguró que todos los grupos «tienen que verse representados» en los nuevos criterios que regirán la expansión de la capital alavesa, la respuesta de los dos principales grupos de la oposición (Bildu se abstuvo y el PP votó en contra) se distanció de forma evidente del criterio del equipo de gobierno y del grupo morado.
Mientras que el PNV y el PSE celebraron «el mayor avance en veinte años» para actualizar las normas urbanísticas, la formación conservadora subrayó que se trata de un Plan General «inseguro» porque, a su juicio, no cuenta con la «estabilidad» suficiente por la cercanía de las elecciones municipales del 28 de mayo y porque meterá en «conflictos» al Ayuntamiento. «Puede hipotecar» la ciudad, dijo el concejal Miguel Garnica (PP), en referencia a las parcelas en las que se prohibirá la construcción de viviendas, como el polémico sector 17 (Uleta) y otras zonas donde había varios centenares de pisos por levantar. De hecho, mientras el Ayuntamiento daba el visto bueno al plan urbanístico, la patronal de constructores (SEA-UNECA) convocó una reunión de urgencia para analizar el nuevo escenario. Y es que el nuevo documento rebaja en cerca de un 10% la reserva de suelo destinada a viviendas.
Pero el traslado de los derechos de edificación a otras zonas de la ciudad (como Lakua y los nuevos barrios) no fue el único motivo de crítica del PP, que lamentó que «no se habla del tráfico y sus soluciones, ni de la transformación del centro de la ciudad».
Para EH Bildu, mientras tanto, el recién alcanzado pacto «se queda corto» en sus propuestas. «Es el Plan General actual corregido y aumentado; no supone una ruptura con el anterior», lamentó el portavoz de la coalición soberanista, Félix González.
La primera fuerza de la oposición, que evitó posicionarse de manera frontal al texto definitivo, observa «espacios en blanco y un vacío urbanístico con el correspondiente vacío político». En este sentido, Bildu acusó al PNV de «aplicar el retraso suficiente» a la hora de contratar el estudio del tráfico para que no colisionara con la aprobación del plan, después de que Podemos lo pusiera en «suspenso» cuando Urtaran puso sobre la mesa la posible construcción de una carretera en el Sur.
En cualquier caso, el Ayuntamiento deberá seguir con la tramitación en los dos próximos años, ya en un nuevo mandato, para «reordenar» su crecimiento «sin consumir más suelo». «La aprobación inicial permite cambiar el modelo actual, y ahora tenemos dos años para aprobarlo de forma definitiva», concluyó la responsable de Urbanismo, Ana Oregi (PNV).
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