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Tres meses después de denunciar ante la Ertzaintza las agresiones y robos que varios menores del barrio venían sufriendo desde el verano a manos de unas bandas juveniles, medio centenar de familias de Santa Lucía y Salburua se dieron cita el pasado viernes en una ... asamblea abierta para recabar opiniones y unificar una postura frente a este problema. Después de dos horas de un diálogo no exento de tiranteces, el encuentro -que contó con la presencia de los grupos de la oposición- se resolvió con un avance significativo. El Ayuntamiento se reunirá con los portavoces del vecindario para hacer un diagnóstico del problema y empezar a sondear soluciones a corto, medio y largo plazo para afrontarlo. En concreto, se les ha ofrecido una reunión próxima con los concejales socialistas Pascual Borja y Ana López de Uralde, quienes dirigen el área de Convivencia e Igualdad.
Todos los presentes coincidieron en que esta situación tiene «múltiples dimensiones». Aunque, «lo primordial», advirtieron, pasa por «presentar una denuncia», tal y como les aconsejaron desde el Grupo de Menores, después de alertar al instante cuando se producen los asaltos al 112 o al teléfono de la Policía Local (092 y 945 15 80 00). No obstante -y en un momento en el que, por lo menos, tienen abiertos dos procesos judiciales- lo que les preocupa a los progenitores es que, después de dar ese paso, sus hijos «tengan que estar a 30 metros de su agresor». Un temor que se suma a la posibilidad de que los miembros de las pandillas «tengan los datos» de los chavales. Solicitan más recursos policiales, ya sea para destinar más patrullas a la zona o para poder reforzar la plantilla del Grupo de Menores, quienes ya reconocieron que con los recursos que cuentan y la legislación actual «no se consigue frenar» a estos grupos que ya se mueven por toda la ciudad. Aunque el concejal de Seguridad Ciudadana, Iñaki Gurtubai (PNV), aseguró en una comisión el pasado mes de febrero que «se ha identificado a varios de los menores sospechosos». Y que el operativo «sigue en marcha».
Por otra parte, las familias -de la asociación de vecinos del barrio de Santa Lucía (Erreka-Txiki), de la Sociedad Deportiva Irubat, las AMPAs de los colegios Ángel Ganivet y Escolapios y la Fundación Itaka Escolapios- plantearon ayer la opción de que se impartan más charlas en los colegios o incluso que se planten «mesas de negociación» con todas las instituciones para tratar de controlar al máximo la situación.
Y es que el historia que acarrean estas pandillas es extenso. A un jugador de 13 años del Irubat le robaron las zapatillas. Otros de los chavales regresó a casa sin su chaqueta. Aunque lo más común, aseguran, son los móviles y el dinero. Pero no todo quedó ahí. Algunos volvieron a casa con marcas tras haber sido agredidos, lo que encendió todas las alarmas entre las familias. «Actúan contra grupos de chavales de 10 o 15 personas. No tienen miedo. ¡Lo peor es que sabemos quiénes son», se dolieron los padres.
Concejales de EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP se acercaron a la asamblea para «escuchar a las familias» y plantear medidas. Todos reclamaron reforzar el Grupo de Menores y que se establezcan «herramientas de diálogo». La formación morada propuso constituir «mesas de convivencia» entre los implicados. La coalición soberanista sugirió que se establezcan «profesionales de calle» que acompañen a los jóvenes fuera de la escuela y los populares pidieron un plan específico, el cual llevarán a debate al pleno este viernes.
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