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Jorge Barbó
Jueves, 8 de octubre 2020, 19:00
Hubo que cancelar San Prudencio y también La Blanca y todo ese rosario de fiestas de los pueblos a las que, antes, en esa otra vida que ahora se nos antoja tan lejana, aguardábamos para olvidarnos por unos días de las pequeñas tribulaciones ... diarias y entregarnos al disfrute. Como efecto -muy- secundario, el virus ha fulminado al hedonismo. Nos consolábamos al pensar que en 2021 todo volvería a su ser festivo y gozoso. Pobres ilusos. Faltan todavía cuatro meses pero el Ayuntamiento de Vitoria acaba de comunicar a las comparsas la cancelación de los desfiles del próximo Carnaval, uno de los actos más concurridos del calendario en la capital alavesa en las que miles de personas se echaban a las calles para desfilar con sus logradas carrozas.
La actualidad siempre suele servir de inspiración temática en las kalejiras y seguro que, a estas alturas, más de uno ya había trazado los planos en su imaginación para una carroza inspirada en la pandemia. No podrá ser. «Los desfiles del Carnaval gasteiztarra suelen congregar a miles de personas en torno a las calles del centro de la capital alavesa, lo que se debe evitar en las actuales circunstancias, para garantizar la seguridad de la ciudadanía», han trasladado los responsables de Cultura del Consistorio en una reunión que han mantenido este jueves con representantes de las comparsas de la ciudad.
Ellos, los comparseros, suelen planificar con meses de antelación los desfiles, que en 2021 iban a tener lugar entre 13 y el 16 de febrero. La construcción de las carrozas y la confección de los vistosos disfraces conlleva un arduo trabajo y un importante desembolso a estos colectivos; un esfuerzo que este año habría sido en balde. De ahí que el Consistorio haya optado por la cancelación de este acto con varios meses de antelación.
De hecho, en próximas fechas se tendría que haber convocado la habitual línea de subvenciones con las que el Consistorio trata de arrimar el hombro para organizar el desfile. El pasado año, el plazo para solicitarlas se abrió el 5 de noviembre y la línea de ayudas estuvo dotada de 80.000 euros, destinados a la sonorización, la construcción de las carrozas y la confección de los disfraces. En la pasada edición del Carnaval vitoriano, un total de 7.162 personas de 26 agrupaciones distintas participaron en los desfiles. Son cifras que, en efecto, tienen difícil encaje en esta situación excepcional.
«La pandemia nos obliga a cancelar uno de los eventos más populares de nuestra ciudad, lo que nos entristece, pero en las circunstancias actuales es lo más aconsejable. Con esta medida pretendemos evitar la concentración de gente en la calle y es que nuestra prioridad es preservar la salud de las personas», razonó la concejala de Educación y Cultura, la socialista Estíbaliz Canto, que emplazó a disfrutar de los carnavales de 2022 «con más ilusión que nunca».
A pesar de la cancelación de los desfiles, la concejala no cerró la puerta a que las agrupaciones puedan «proponer actividades alternativas en los diferentes barrios». «Tendremos muy presente la opinión de las comparsas», afirmó. No conviene olvidar que esa idea de 'programa alternativo' ya se barajó desde Cultura meses antes de las fiestas de La Blanca. Se plantearon «actos de pequeño formato» y se llegó a anunciar un misterioso Chupinazo con tintes clandestinos. La realidad de la pandemia obligó entonces a rectificar al Ayuntamiento.
Se da la paradoja de que mientras que el Consistorio sí ha decidido cancelar el desfile de las carnestolendas, todavía no ha aclarado qué ocurrirá con la Cabalgata de Reyes y Olentzero, ya suspendida en la vecina Bilbao. Preguntados al respecto, portavoces municipales aseguraron estar «trabajando en la programación de Navidad» al tiempo que reconocieron que «no hay nada decidido. Se barajan varias opciones», admitieron.
Ellos que con sus bailes, sus ganas de disfrutar, esa alegría contagiosa, trasladan esa idea de transgresión en el desfile, han comprendido perfectamente que este año no, no toca salir a las calles. «Nos parece una decisión lógica y normal, todos hemos coincidido en que en febrero no se iba a poder celebrar el desfile», apunta José Ignacio Roa, responsable de la comparsa Egibide Nieves Cano. En la reunión que mantuvieron ayer con el el Consistorio, los comparseros pidieron que las subvenciones que se suelen destinar al desfile se deriven este año a ayudarles a conservar las carrozas.
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