Vitoria quiere sacarse brillo

Está claro que el Ayuntamiento ha encontrado el camino más corto para involucrar a la población en la separación del orgánico, sin duda la principal asignatura pendiente de la capital alavesa. El Gabinete Urtaran busca un drástico cambio de tendencia con la instalación de cerraduras con chips electrónicos, que solo se abrirán con una tarjeta intransferible que tendrá cada vecino. Quienes más visiten el contenedor marrón contarán con «incentivos fiscales», mientras que la tasa de basuras «gravará fuertemente» a los reticentes. El nuevo sistema implica un vuelco en los hábitos de la ciudadanía, ya que algún barrio (caso del Casco Medieval) no dispone aún de recogida orgánica. El Ayuntamiento, sin embargo, cree que, a estas alturas, en pleno siglo XXI y con un índice de reciclaje discreto, es la única fórmula de pisar el acelerador en la separación de residuos, además de elevar la recaudación de la tasa de basuras, un viejo anhelo del equipo de gobierno. El Ayuntamiento ha solicitado a las empresas aspirantes la colocación de al menos 873 cerraduras electrónicas.

El nuevo sistema de residuos intercambiará el pragmatismo actual por la búsqueda de nuevos objetivos. En lugar de emplear la recogida neumática para la fracción resto, sin duda lo más utilizado por los vitorianos, aprovechará la comodidad de la recogida neumática para invertir la tendencia. Con la entrada en vigor del nuevo contrato, serán el orgánico y los envases los únicos que tendrán acceso a estos buzones. En los últimos años, el Ayuntamiento detectó que el hecho de contar con un punto de recogida para la fracción resto cerca de casa y con recogida neumática «desincentiva» el reciclaje, de modo que ha optado por priorizar los desechos que más se acumulan en los hogares de los alaveses.

Los nuevos buzones contarán con bandejas más accesibles que las bocas actuales, y que ya se encuentran instaladas en la calle San Francisco. El cambio de modelo de esta calle resulta ahora más palpable, ya que en breve se eliminarán los antiguos diseños, más voluminosos. La renovación de los recipientes, sin embargo, será paulatina, ya que el Ayuntamiento dará de margen hasta el segundo año de servicio para colocar 91 buzones de recogida neumática en el Casco Medieval. La nueva fórmula cuenta con el aval de Ibaiondo, donde los índices de reciclaje han mejorado, además de la reciente incorporación de Aretxabaleta y Gardelegi.

No, los camiones no recogen todos los residuos a diario. El nuevo sistema incluirá algunos cambios y es probable que hasta el segundo año de contrato no se hagan efectivos en su totalidad. La previsión, sin embargo, es que la fracción resto y el papel se retiren los siete días de la semana, mientras que la latencia del resto de desechos será algo menor. Los envases tendrán cuatro turnos (lunes, miércoles, viernes y domingo), y el orgánico, tres (martes, jueves y sábado). Es decir, el servicio reforzará la recogida de cartón y envases. Al final de cada año, sin embargo, las frecuencias pueden modificarse en función de las necesidades.

Aunque la fórmula definitiva deberá esperar a la adjudicación del contrato, el Ayuntamiento buscará incrementar el servicio en el puerta a puerta a los comercios. Se trata de una idea ya implantada, pero que demanda una mayor atención por parte del sector. El objetivo es aumentar la recogida selectiva de los comercios y permitir su acceso a los Garbigunes de los pequeños y medianos negocios.

El equipo de gobierno local tratará de que el nuevo servicio llegue también a los polígonos industriales. Por otra parte, el sistema tratará de reducir el desperdicio alimentario. Todavía por definir, el Consistorio explora «líneas específicas» para que los locales hosteleros faciliten el transporte de la comida y lo que sobre pueda ser llevado a casa con facilidad. A esto se uniría el contrato de recogida de envases a grandes generadores, previsto para este mismo mes.

Los contenedores dejarán de estar desperdigados en Vitoria con la nueva contrata. Será obliglatorio agrupar los recipientes en islas; es decir, localizar en el mismo punto los cinco contenedores. Para el segundo año del servicio, la capital alavesa tendrá 1.144 islas, que podrán aumentar un máximo de un 10%. La colocación de contenedores de fracción resto fuera de las islas deberá responder a una causa justificada, como que se encuentre cerca de un importante productor de ese desecho.

La demora en el relevo del contrato de limpieza, que se encuentra prorrogado desde finales de 2018, ha elevado el número de contenedores a sustituir a partir del próximo año. La empresa deberá cambiar, en un plazo de cinco meses, casi mil unidades con más de cuatro años de uso, que representan casi una cuarta parte del total.

El Ayuntamiento, por su lado, lo aprovechará para aumentar los puntos de recogida selectiva a costa de la fracción resto, que se reducirán en un 33%. Habrá en torno a un millar de contenedores grises (ahora existen cerca de 1.500), mientras que los de recogida selectiva aumentarán de 700 a cerca de mil. El diseño también será distinto, para evitar que la boca para personas con problemas de accesibilidad se obstruya. Además, se colocarán un mínimo de 250 papeleras con tres orificios, para separar el papel, los envases y la fracción resto.

Más allá de los dispositivos específicos para los grandes eventos culturales de la ciudad, como la colocación de contenedores en Mendizabala y la intensificación de la limpieza, destaca el reparto de 40.000 vasos reutilizables para La Blanca durante los cuatro años que dure el servicio. El pliego remitido por el Ayuntamiento detalla que deben ser recipientes de «33 centilitros con una impresión a tres colores».

El diseño se aprobará con tres meses de antelación por parte de los técnicos municipales. En los últimos años, Vitoria llegó a acuerdos con diferentes instituciones (Fundación Vital y Gasteiz On, entre otros), para impulsar el uso de vasos reutilizables.

Las jornadas de condiciones climáticas extremas también contarán con su propio dispositivo. En las nevadas, por ejemplo, los turnos de trabajo deberán garantizar que al menos el 75% de la plantilla realice «trabajo efectivo».

Buena parte de las modificaciones para la nueva contrata de limpieza apuntan de forma directa hacia el aumento de la tasa de reciclaje de la capital alavesa. Sin embargo, hace tiempo que el mapa de la reutilización y la economía circular superó el capítulo del papel, los envases y el vidrio. Los nuevos objetivos a nivel municipal se encuentran ahora en el aceite de cocina y el textil. El primer caso, cuya recogida selectiva comenzó al inicio de esta legislatura en Vitoria (a través de los contenedores naranjas), se ampliará a los pueblos de la capital alavesa a partir del próximo año.

En cuanto a los recipientes blancos (recogida de ropa usada), se encuentran pendientes de un nuevo contrato, que se concretará «en breve». «Las mejoras que hemos planificado se van a percibir y mejoraremos el índice de reciclaje para caminar hacia los objetivos marcados por Europa», afirma el concejal de Planificación y Gestión Ambiental, César Fernández de Landa (PNV).