Vitoria se queja de multas e impuestos

El documento menciona un total de 790 actuaciones, si se cuentan las llamadas, citas presenciales, visitas a la oficina e incluso publicaciones en redes sociales. Zugazua continuó trabajando en expedientes anteriores, pero dio de alta otros 60 de queja y 11 consultas. Estos son algunos de los casos tratados por la Sïndica.

A pesar de que la polémica 'huelga de celo' encubierta de la Policía Local acabó a finales de febrero y que el balance de la Síndica es posterior -de abril a junio- Zugazua recibió hasta 22 reclamaciones nuevas -un tercio del total- por multas y actuaciones policiales. Una tuvo lugar en la calle Gorbea, cuando un conductor ralentizó la marcha par ver si su sobrino salía del colegio y paró «5 segundos» para recogerle. Según su versión, un agente «le chilló y le hizo aspavientos» durante 25 metros antes de multarle. «Es la primera vez que sufro algo tan desagradable», dijo.

Dos protestas han sido por la denegación de la bonificación por renta en el IBI a personas mayores a quienes les correspondía la rebaja, pero que la han perdido al estar empadronadas en una residencia. La Síndica también ha escuchado una reclamación que tiene que ver con una polémica que parecía resuelta. Vecinos de Teodoro Olarte Aizpuru y Concepción Arenal -en Salburua- han recibido una tasa por dos vados para emergencias que deberán pagar con efecto retroactivo desde marzo de 2014. La factura: 9.031 euros.

El estado de los jardines, setos y árboles sigue en el candelero. En las calles Zaramaga y Cuadrilla de Salvatierra protestan porque hay plataneros y pinos «muy grandes» que «quitan luz» a los pisos y que «están invadidos de insectos». Eso afecta a los canalones de los tejados, que deben ser limpiados «dos veces al año». En la calle Cristo de Abetxuko, entre los números 5 y 71, la vegetación también es un serio problema.

Un vecino protesta por el traslado de los aparatos de gimnasia al aire libre desde un lateral del centro sociocultural de mayores de Ariznabarra a la cercana Castillo de Záitegui para poder habilitar un aparcamiento en superficie. El parque de salud ha llegado a una zona peatonal «tranquila» y ha «alterado nuestra convivencia», indica el representante de tres portales. La razón es que el espacio suele ser utilizado por jóvenes «que hacen botellón» y ensucian el suelo. Una vez, una vecina les increpó y «lo único que consiguió fue que le insultaran y le tocaran repetidamente el timbre del portero automático». Los afectados piden que los aparatos se cambien de sitio.

Una madre de dos niños de un año con plaza en una escuela infantil municipal protestó por el hecho de que en el servicio de comedor «no hay ni opción vegetariana ni se le permite llevar la comida de casa». La afectada protesta porque la explicación que le han dado es que en estos centros «hay un único menú». La mujer recuerda que Vitoria aprobó una declaración institucional declarándose 'Vegan Friendly'.