Vitoria plantea ampliar su suelo industrial un 10% para atender la demanda de los empresarios

La propuesta del equipo de gobierno, trasladada ayer por el concejal de Urbanismo, Borja Rodríguez (PSE), a las formaciones de la oposición, contempla una especie de expansión máxima. Es decir, el hecho de poner sobre la mesa esas 209 hectáreas (casi 2,1 millones de metros cuadrados) no significa que se vayan a desarrollar en su totalidad, sino que son susceptibles de integrarse en el sector industrial de la ciudad. Por poner en contexto la cifra, el municipio de Vitoria cuenta con 1.500 hectáreas para estos usos productivos, concentrados sobre todo en Gamarra, Betoño, Júndiz, Arriaga y Ali, entre otros.

Aunque algunos de los espacios ya se contemplaban en las diferentes etapas que ha consumido el Plan General, otras se incorporan al documento en esta nueva fase de respuesta a las alegaciones. Se trata, por ejemplo, de los terrenos de Arangiz, que 'gana' 96.000 metros cuadrados de suelo industrial. Esto implica que este suelo, cuyo entorno está considerado el granero de Vitoria por la fertilidad de sus campos, puede llegar a convertirse en una parcela denominada XXL (de 100.000 metros o más), cuya reserva se ha agotado en Júndiz y escasea en todo el territorio. Estas parcelas suelen ejercer como polos de atracción a multinacionales con proyectos de elevada inversión.

En cualquier caso, la propuesta de ampliación es cuantiosa en Miñano y Foronda. En el Parque Tecnológico de Álava se plantean áreas de 75 y 50 hectáreas (cerca de 125 en total), mientras que en el entorno del aeropuerto se plantean 57,8 hectáreas. En este sentido, cabe recordar que el Plan General eliminaba una importante reserva de suelo en Miñano y dejaba los terrenos del aeropuerto pendientes de un nuevo trámite para su desarrollo (se quedaba sin sectorizar). Curiosamente, la zona en la que menos terreno se ofrece es Júndiz (15,7 hectáreas), que hoy está considerado como el polígono industrial de referencia en Vitoria y cuenta con una ubicación estratégica por sus conexiones, que alimenta al sector logístico.

El planteamiento del equipo de gobierno busca, por un lado, solventar las peticiones de la Cámara de Comercio, el SEA, el Parque Tecnológico e incluso la propia Diputación de Álava. Estas instituciones alertaron del peligro de reducir la reserva de suelo industrial a media plazo, ya que podía incluso comprometer el crecimiento económico del territorio. Sus contundentes alegaciones hicieron al Ayuntamiento, casi en pleno relevo entre Gorka Urtaran y Maider Etxebarria en la Alcaldía, pisar el freno en el documento del Plan General y estudiar posibles ampliaciones para atender sus aportaciones.

Sin embargo, la aprobación inicial del documento urbanístico, que plantea una notable reducción en el suelo urbanizable de la ciudad respecto al PGOU anterior, impide dar un vuelco a su planteamiento, ya que además correría el riesgo de perder el apoyo político. Cabe recordar que el primer visto bueno a la norma urbanística salió adelante con el voto a favor de Elkarrekin Podemos y la abstención de EH Bildu, mientras que el PP votó en contra y se mostró muy crítico con su contenido.

El equipo de gobierno, por su lado, va más allá de a la propuesta del equipo redactor del Plan General. Los especialistas desestimaron la mayoría de las alegaciones relativas al terreno industrial al descartar consumir más suelo y, a cambio, priorizaron ampliar los edificios en las zonas ya desarrolladas, como se ha llevado a cabo en las antiguas Cegasa y Daewoo, por ejemplo. De hecho, los autores del Plan General respondieron a las alegaciones con una contundencia similar a la de las instituciones. Recordaron que Vitoria «tiene una importante oferta de suelo de actividades económicas, y que en más de veinte años no se ha utilizado ni un solo metro cuadrado».