Vitoria pierde los pintxos del Dólar

«Están los pagos a las diferentes administraciones, que nunca bajan, más una plantilla veterana. Resultaba imposible aguantar», reconoce sincero y con un punto apesadumbrado. «No nos daba ni para pagar las nóminas del personal». Con su clausura, la calle Florida pierde al último superviviente de su época dorada. ¿Quién no saliva al recordar las míticas tortillas manchadas del Naroki, que se despachaban apenas a unos metros?

Con un diseño acogedor basado en la piedra y la madera, el Dólar sedujo durante más de una década a la Guía Michelin. Lo incluyó en su lista de imprescindibles de la capital del País Vasco gracias a propuestas como los vitorinos, las traineras, los rollitos de jamón o los champiñones con jamón y langostino. Las frituras representaban otro de los fuertes de su cocina.

Su declive quizá comenzó hace dos años, cuando la biblia culinaria les obvió. Acababa así un idilio documentado en una decena de ediciones anuales. La clientela descendió, pero los gastos internos se mantuvieron. «Tenemos una plantilla veterana», reconoce Ángel.

Hace una semana sirvieron las últimas consumiciones. Apilaron el mobiliario y apagaron la luz. Para siempre. Al menos, con el actual equipo. Su responsable lo ofrece en alquiler. Por si algún emprendedor se atreve a retomar el proyecto iniciado, hace ya décadas, por Carlos Mendoza, quien se lo vendió al propio Ángel. Éste se muestra pesimista respecto al panorama de la hostelería local. En especial con la que oficia en el corazón vitoriano. «Se van a cerrar más bares, no te quepa duda».