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La temporada de fiestas en los barrios se acerca y el Ayuntamiento de Vitoria ya ha marcado las pautas sobre cómo serán en un verano todavía con pandemia. Representantes municipales se reunieron ayer con las asociaciones vecinales para establecer los límites, porque habrá ... fiestas, sí, pero alejadas de la normalidad. El encuentro fue tenso, con muchas dudas por parte de los vecinos, que se marcharon sin todas las certezas que les gustaría. «Estamos muy enfadados porque no hablan claro. Parece que no quieren que haya fiestas, pero no lo dicen así», criticaba uno de los presentes.
El concejal de Movilidad y Espacio Público, Raimundo Ruiz de Escudero, presidió la reunión en la que se informó de que sí se permitirán las barracas y los conciertos, pero con limitaciones. En ambos casos, los espacios en los que se ubiquen deberán estar rodeados por vallas altas para evitar las aglomeraciones. «¿Por qué esta medida? Ningún otro evento que se realiza en la ciudad ni los que organiza el Ayuntamiento está protegido con vallas altas...», clamaba uno de los representantes vecinales a la salida del encuentro. El Ayuntamiento también permitirá realizar otras actividades como exposiciones, talleres o cuentacuentos infantiles siempre con un límite de aforo.
La cuestión de las txosnas fue uno de los puntos que más controversia generó. El Consistorio vitoriano no prohíbe instalarlas, pero recomienda no hacerlo. «Se nos ha pedido que no las pongamos para apoyar a la hostelería». En el caso de la llamada a la fiesta, la celebración de txupinazos tampoco quedó clara. «En un primer momento se ha dicho que no, luego que sí pero que debía ser controlado y sin anunciarlo para evitar aglomeraciones... ¿en qué quedamos?», se cuestionan los encargados de organizar los festejos populares. Más tarde, fuentes municipales confirmaron a este periódico que no se podrán organizar txupinazos.
«No hay ningún documento oficial, ninguna resolución general para las fiestas en barrios. Se analizará caso por caso. Tanto para estudiar qué es lo que se quiere hacer, como para decidir qué es lo que se puede hacer. Y los criterios serán cambiantes», trasladaron las mismas fuentes.
Lo que se intentó dejar claro en la reunión es lo que este verano no se podrá hacer. Las verbenas y las kalejiras quedan totalmente descartadas, algo que está en consonancia con las intenciones institucionales de evitar aglomeraciones. Y en el caso de los conciertos, los asistentes deberán permanecer siempre sentados en sus asientos, como ocurre en la oferta puesta en marcha en el Iradier. Tampoco se podrán realizar comidas populares ni hogueras, habituales por ejemplo en Judimendi o Arriaga. Los asistentes preguntaron en concreto por fiestas de la espuma, que también fueron denegadas. «Se podrían hacer perfectamente en grupos reducidos, tomando la temperatura a los niños y en espacios acotados. Si los chavales van a la piscina no entendemos por qué no podemos organizar nosotros una fiesta de la espuma...».
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