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Judith Romero
Sábado, 12 de mayo 2018, 01:53
Están acostumbrados a visitar estadios franceses y recorrer el mundo para acompañar a sus equipos, pero ayer daban las gracias porque las finales de rugby europeo 2018 se celebren en la vecina Bilbao. «Es lo que nos ha permitido disfrutar del sol de España y ... los atractivos de Vitoria», celebraban ayer 'supporters' como Colin Whittard, quien se bronceaba a la espera del autobús que los llevaría a la fanzone. Miles de aficionados han tenido que hacer uso de su ingenio para poder estar en las finales. «Conseguir vuelos y habitaciones ha sido una tarea imposible, menos mal que tenemos un buen organizador entre los amigos», agradecía Louise.
Algunos seguidores del Leinster de Dublín, equipo liderado por el apertura Jonathan Sexton, completaron su reserva hace un año. Sin embargo, el Gloucester inglés no tenía tan clara la posibilidad de llegar a la final de la Challenge Cup contra el Cardiff Blues de Gales. «Eso ha hecho que reserváramos todo en las últimas dos semanas», apuntaban Steve y Martin. El jueves volaron a Burdeos y reservaron un autobús privado que los trajera hasta Álava. «Era mucho más barato que volar a Bilbao, los precios se han disparado», reconocían. De hecho, algunos ingleses se enfrentaron a 17 horas de viaje en autobús para llegar a la capital vizcaína desde la mismísima ciudad de Londres.
Este grupo de 51 fans no se pierde ningún juego europeo desde hace diez años. «Ya habíamos visto rugby en Bilbao y San Sebastián; es cada vez más fuerte en Euskadi», reconocían. Sin embargo, no fueron los únicos en pasear por la Green Capital antes de poner rumbo de vuelta a Heathrow. Paul Emmerston, Pete Sullivan, Collin Howells y Chris Lock aprovecharon la mañana soleada para conocer lugares como Ajuria Enea y el museo de la Armería y fotografiarse con el monumento a la batalla de Vitoria.
«Nos encantan las tapas, las rutas de bares y los pintxos, Vitoria es una ciudad encantadora», coincidían estos cuatro amantes del rugby. A diferencia de otros 'supporters', ellos visitarán Bilbao por amor al deporte, no a los colores de ninguno de los finalistas. «Tenemos nuestro propio equipo amateur y pensamos en venir a ver una gran final, pero no somos del Cardiff ni del Gloucester», señalaban. Este grupo de amigos fue uno de los muchos que ayer se acercaron a bares irlandeses como el Carlingford o el Toba's Tavern para ver el encuentro entre el Gloucester y el Cardiff. «Mañana iremos a Bilbao para ver al Leinster y al Racing de París competir por la Champions Cup en San Mamés».
Pero los acentos británicos y franceses no son los únicos que resuenan en la ciudad. Se calcula que 30.000 aficionados españoles visitarán Euskadi estos días. Algunos como Carlos Pascual, llegado desde Valencia, lucían con orgullo el nombre de clubes de rugby como Les Abelles. «Estuve nueve años en el equipo en mi juventud, pero hemos venido a animar al Leinster», celebraba Pascual. Su grupo de jugadores veteranos es consciente de que el rugby cada vez está más afianzado en España. «El fin de semana pasado reunimos a 15.500 espectadores durante la Copa del Rey en Valencia, algo impensable hace unos años».
Hoteles como el NH Canciller Ayala y el Silken Ciudad de Vitoria comenzaron a recibir a muchos de estos seguidores a partir de la tarde. Un último vuelo chárter con 148 irlandeses a bordo aterrizó en Foronda con una hora de retraso, y sus ocupantes se dividieron en autobuses con destinos a hoteles bilbaínos y vitorianos.
Los dublineses Paul y Elaine Tuite y su hija Laura aprovecharon la jornada de ayer para hacer turismo y conocer la ciudad. Por el contrario, algunos fans del Cardiff no se tomaron ni un respiro tras el partido y abandonaron Foronda en un vuelo a la 1.00 de la madrugada. Se espera que esta noche otros cuatro aviones despeguen desde la capital alavesa. Sin embargo, hoy aún será posible ver a aficionados franceses e irlandeses disfrutando de los pintxos como ayer hacían Jerry y Conor Leydon y sus amigos Owen, Jerry y Nicholas. Mañana harán escala en Milán antes de volver a Dublín. «Incluso si el Leinster no gana, el viaje habrá merecido la pena».
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