Vitoria se plantea expropiar a Tánger el palacio Álava-Esquível

El inmueble de la calle Herrería, que data del siglo XV, acumula un deterioro continuado y se encuentra desde hace años pendiente de una rehabilitación integral. La mayor parte de la «deuda viva» reclamada por el Ayuntamiento a Tánger, de hecho, está relacionada con el estudio del proyecto para reformar el edificio y dos sanciones para requerir su pago. En el último año, no obstante, el municipio marroquí no ha abonado el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) ni la tasa de basuras, al igual que el último recibo del agua. Las fechas de los impagos coinciden con la ruptura contractual entre la municipalidad norteafricana y el bufete que le prestaba sus servicios que, al parecer, también era el encargado de gestionar los alquileres de los residentes.

«Giramos las multas coercitivas y no tenemos ninguna respuesta por parte de Tánger. Ni se inician las obras, ni responden a ninguno de los requerimientos que les hacemos. Pero la parte más preocupante es la pérdida de contacto», ha asegurado Ana Oregi (PNV). La concejala de Territorio ha afirmado que el Ayuntamiento impondrá nuevas multas a la municipalidad marroquí, además de restablecer la «interlocución directa» con su gobierno local y estudiar nuevos escenarios. «Estamos analizando la redacción de un documento expropiatorio con el departamento jurídico», ha señalado Oregi.

Vitoria, no obstante, puede imponer «hasta diez» multas coercitivas (hasta la fecha suma dos) antes de tomar nuevas medidas. El Gabinete Urtaran remitirá cartas certificadas y notificaciones a Tánger, aunque la concejala ha reconocido que le «preocupa que se alarguen los plazos» por la reciente ausencia de su representante legal. Elkarrekin Podemos ha lamentado que la situación en relación al palacio «cada vez va a peor». La tercera fuerza de la oposición ha recordado que el inmueble requiere una «rehabilitación integral para frenar su deterioro» y que lleva siete años con la red protectora en su fachada. Además, ha mostrado su «inquietud» por el desprendimiento de un falso techo en los trasteros hace más de un año.