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Contenedores con chip, 1.200 'islas' de reciclaje y más plantilla en la calle los domingos. Estas serán algunas de las novedades del contrato de limpieza y recogida de residuos de Vitoria, que es el más cuantioso del Ayuntamiento –cuesta unos 24 millones anuales– pero ... también el más polémico por las quejas vecinales que acumula. El Gobierno PNV-PSE, que el año pasado acordó rescindir el actual contrato con FCC y GMSM Medioambiente, ha aprobado este jueves la nueva licitación, que saldrá a concurso con una duración de 4 años, más un quinto prorrogable, y un presupuesto de 107,6 millones. Es decir, casi 27 millones anuales que las empresas podrán rebajar para lograr más puntos. Las actuales adjudicatarias podían seguir hasta el año 2025, aunque pidieron marcharse antes de lo previsto porque el servicio ya no les salía rentable. Ambas seguirán realizando sus funciones con normalidad hasta que se adjudique el nuevo contrato a lo largo de la próxima legislatura.
El alcalde, Gorka Urtaran, ha comparecido de manera urgente tras la reunión de la Junta de Gobierno junto al coordinador general de Hacienda y Función Pública, Iñaki Gurtubay, para explicar los detalles del paso dado por su equipo. El regidor ha confiado en «mejorar el servicio con más personal, más servicios y más especialización para que la ciudad vuelva a brillar por estar limpia y porque mejora de forma importante las tasas de reciclaje». Se da la circunstancia de que un reciente estudio de la OCU ha colocado a Vitoria como la cuarta ciudad española donde más ha empeorado la limpieza en los últimos 24 años. Este retroceso ha provocado, de hecho, varios encontronazos entre el Gobierno y la actual adjudicataria. «El contrato era inservible, fallido y había que buscar alternativas. Además el hecho de que el Ayuntamiento solo abonara los servicios realizados y ha sido fuente de conflicto».
Gurtubay ha explicado que habrá cambios sustanciales en varias cuestiones. Los nuevos criterios, fruto de las reuniones entre el Gobierno y los técnicos de Medio Ambiente, estrechará el control de la adjudicataria en algunas cuestiones y desligará de sus funciones algunas tareas que se licitarán por separado, como las de limpieza de parcelas municipales vacías y los alcorques. La limpieza de los sumideros también estará en este listado porque el Ayuntamiento prefiere que esa función sea realizada por Amvisa. La adjudicataria deberá afrontar varias inversiones. En concreto, vehículos (cuatro camiones de recogida), contenedores (se sustituirán los 947 que tienen más de 4 años y se adquirirán 78 de envases, 376 de papel y cartón y 854 de materia orgánica), cerraduras electrónicas y medidores volumétricos de llenado de depósitos. También se adquirirán 90 nuevas bocas 'tipo panera' para los buzones de recogida neumática del Casco Medieval.
Como avanzó EL CORREO en marzo, la nueva contrata incluirá la reagrupación de los contenedores –el mapa de la recogida selectiva pasará de tener 700 'islas' a 1.200– y un nuevo depósito marrón. Este quinto cubo 'inteligente' se desbloqueará con una tarjeta magnética personalizada que los vecinos podrán solicitar de forma voluntaria. Ese documento permitirá que el Ayuntamiento sepa quién recicla y aplique fórmulas –todavía por definir– para incentivar los comportamientos sostenibles. Las familias que no quieran utilizar este recipiente seguirán llevando sus restos de alimentos y jardinería al depósito gris. Pero se lo encontrarán al lado del marrón y, además, no tendrán derecho a bonificaciones.
Estos arcones con chip funcionan ya en numerosas localidades del entorno, como San Sebastián, Bilbao, Getxo, Irún, Zarauz o Ermua. Por ejemplo, en la capital donostiarra quienes usan el depósito tienen una rebaja del 15% en la tasa de basuras. Los expertos aseguran que estos cubos fomentan la recogida selectiva, que está en punto de mira de Europa. Vitoria recicla en estos momentos el 32% de sus desechos urbanos, lo que está todavía lejos del 50% fijado por la UE para el año que viene.
El nuevo contrato de limpieza también solicitará a las licitadoras que pongan más operarios en la calle los domingos y festivos, lo que permitirá incrementar las tareas en puntos como el Casco Medieval. Además, los trabajadores deberán hacer un mínimo de 45 recorridos. Los equipos también reducirán los baldeos porque harán más intervenciones con hidrolimpiadoras, unas 'pistolas' mecánicas que lanzan agua a presión contra la acera.
El servicio gratuito de recogida de enseres voluminosos sufrirá otro cambio de calado tras el concurso de limpieza, dado que también será desligado de la contrata y pasará a manos de una empresa de inserción. En estos momentos cualquier persona puede hacer una llamada de teléfono al Ayuntamiento y pedir que le retiren sillas, una mesa, un colchón o un sofá, pero tiene que bajarlo a la calle a la hora acordada. Con la nueva gestora, el solicitante verá cómo uno o varios operarios suben hasta su casa y se lo llevan.
Cuando el contrato de limpieza salió a concurso a finales de la pasada legislatura contó con un presupuesto tope anual de 25,5 millones. Ahora ese límite económico se ha elevado 1,5 millones pero con menos servicios que serán licitados aparte. A pesar de ello, el Gabinete Urtaran considera que Vitoria saldrá beneficiada con este concurso por varias razones. La principal, que a diferencia del anterior contrato en el nuevo no habrá revisión anual de precios, lo que incrementaba la factura que el Ayuntamiento se veía obligado a pagar. «Empezamos con 22,8 millones y este año lo cerraremos con unos 24, fundamentalmente por el incremento salarial del personal», ha indicado el coordinador de Hacienda y Función Pública. El nuevo escenario obligará a la las licitadoras a cuadrar sus cuentas teniendo en cuenta dos cosas: que deberán asumir unos 400 trabajadores fijos con derecho a subrogación (también hay 600 más que mantendrían su puesto si han desempeñado sus funciones más de cuatro meses) y hacer frente al servicio con las inversiones exigidas. Solo en contenedores, ha dicho Gurtubay, deberán gastar 650.000 euros al año.
El contrato se dividirá en dos lotes. El principal, del servicio de limpieza pública urbana, recogida y transporte de residuos urbanos, por valor de 107.622.462 euros; y uno secundario de gestión de biorresiduos y compostaje individual y comunitario de 206.324 euros (IVA incluido).
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