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La Sala Amárica recibió ayer la defensa explícita del gobierno municipal para albergar el futuro centro Alberto Schommer frente a las dudas de ... la oposición. El deseo de situar el espacio fotográfico en la céntrica plaza, compartido con la Diputación de Álava -su propietaria-, responde, según la concejala de Cultura, a las «mayores posibilidades» del nuevo emplazamiento frente a la gasolinera Goya, donde estaba proyectado. La antigua estación de servicio, recién descartada tal y como adelantó ayer este periódico, corría el riesgo de «quedarse limitada», explicó la responsable del área cultural del Ayuntamiento, la socialista Estíbaliz Canto. «Desde hace un tiempo el espacio tiene una protección bastante especial y no permitía una intervención interna».
La edil defendió que el proyecto de Schommer estaba definido con «independencia de su ubicación», una circunstancia que no considera «primordial». En este sentido, explicó que los «pilares» con los que debe contar el centro pasan por «dar espacio a las asociaciones fotográficas de la ciudad y la provincia, la creación y la investigación». Es decir, serían los complementos a la exposición permanente del retratista vitoriano.
Además de las posibilidades que ofrece la Sala Amárica, «preparada ya para la fotografía contemporánea», uno de los principales motivos del descarte de Goya se encuentra en su lenta descontaminación. «Llevamos tiempo esperando, es una cuestión que escapa a nuestro departamento y parece ser que aún no ha terminado», reconoció Canto, quien aseguró que la alternativa de Amárica no supone una disminución en el espacio expositivo, ya que «más de la mitad de la instalación está sin usar».
La oposición, por su lado, se dividió entre las dudas de Elkarrekin Podemos y el rechazo de EH Bildu y PP, que elevaron el tono crítico ante la nueva alternativa. La portavoz de la formación abertzale, Miren Larrion, calificó de «improvisación» la toma de la nueva decisión y puso en entredicho la «planificación cultural» del equipo de gobierno, al tiempo que se mostró preocupada por la «reducción en metros cuadrados» del espacio que albergaría el centro Schommer.
La concejala del grupo popular Elisabeth Ochoa de Eribe, por su lado, lamentó que el centro Schommer, que ensalzó como «gran proyecto», pueda quedar «diluido dentro de otro», en referencia a la actual actividad que se desarrolla en la Sala Amárica. Además, mostró su preocupación por el nuevo frenazo que sufre la estación de servicio Goya. «Otra vez nos quedamos como estaba y sumamos otro espacio vacío. Los edificios patrimoniales se deterioran cuando están vacíos», concluyó.
La responsable de Cultura, por su lado, aseguró que el espacio expositivo no sufrirá disminución alguna, ya que «la posibilidad de uso es mayor en Amárica que en Goya», mientras que garantizó que la actual actividad de la sala se compatibilizará con el centro Schommer.
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