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El Ayuntamiento de Vitoria prepara el terreno para el regreso de las fiestas de La Blanca el próximo verano. Al menos, de una parte de ellas. El departamento de Cultura avanza en los trámites para recuperar los tradicionales conciertos de las fiestas de agosto y ... ya ha iniciado las «contrataciones previas» como el montaje de los escenarios, los equipos de sonido y demás complementos que utilizarían los artistas. Se trata del primer paso que se realiza cada año de cara a La Blanca, y aunque el Ayuntamiento aún no ha confirmado los festejos, significa que el Gabinete Urtaran contempla como posible el escenario de que las fiestas regresen.
«Las previsiones con que trabajamos son todas. Queda mucho tiempo para tomar una decisión y ante la variedad de escenarios posibles, empezamos el trabajo con para poder tener todas las garantías. Esto permite, en una situación perfecta, tener unas fiestas acordes, y en caso de que haya restricciones, poder maniobrar», explica la concejala de Cultura, Estíbaliz Canto (PSE). Es decir, tener los preparativos listos por si la situación sanitaria permitiera la celebración de los conciertos.
El diseño de la programación festiva se centra de momento sólo en la vertiente más cultural (conciertos de música y obras de teatro, con los artistas y obras todavía por concretar), y «más adelante» llegarán los contactos con las cuadrillas de blusas y neskas para perfilar los actos más festivos, tal y como trasladan fuentes del departamento de Cultura a este periódico. A día de hoy, sin embargo, ven todavía lejana una Bajada de Celedón similar a la del 4 de agosto de 2019, el último año previo a la pandemia.
En la práctica, los trámites que ahora lleva a cabo el Ayuntamiento buscan evitar que la posible celebración de las fiestas llegue sin la programación perfilada. De hecho, en los acuerdos se incluyen cláusulas para «reordenar» los eventos en función de la situación sanitaria, tal y como se han llevado a cabo las contrataciones desde marzo de 2020, cuando la agenda cultural se vio paralizada por completo.
Pero más allá de la prudencia con la que trabaja el Consistorio, existe ya una tendencia de adecuar los eventos festivos con el objetivo sacarlos adelante con modificaciones para tratar de garantizar las recomendaciones sanitarias. Así ha sucedido con la Cabalgata de Reyes y se repetirá ahora con el Carnaval. En estos casos, el Ayuntamiento ha optado por alargar el recorrido para reducir aglomeraciones y facilitar en cierta medida la distancia entre personas.
A la espera de comprobar la evolución de la pandemia, el Gabinete Urtaran estaría dispuesto a recuperar al menos una parte de la programación festiva, siempre y cuando la situación sanitaria no se agravara. En cualquier caso, fuentes del equipo de gobierno inciden en que el escenario es todavía «impredecible» y que sería aventurado asegurar el regreso de La Blanca en condiciones similares a las de 2019, cuando la sexta ola aún no puede darse por finalizada.
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