El palacio Álava-Esquível tiene colocada una malla protectora ante posibles desprendimientos. Igor Aizpuru

Vitoria dice ahora que expropiar el palacio Álava-Esquível a Tánger «debe ser la última opción»

El Consistorio gira la décima multa a la ciudad marroquí, que permite recuperar el inmueble. La deuda supera los 380.000 euros

Lunes, 25 de septiembre 2023, 16:47

La exótica anécdota de tener un palacio propiedad de Tánger en pleno Casco Viejo le ha costado hasta ahora a Vitoria 383.825,47 euros. Es la deuda que acumula la municipalidad marroquí, dueña Álava-Esquível, que ha desatendido su mantenimiento en la última década. ... La 'factura' ha crecido en los últimos años por falta de reparaciones, el impago de tributos y, sobre todo, las multas que le ha girado el Ayuntamiento por el abandono y la dejadez a la hora de acometer las obras necesarias para revertir el deterioro de la casona de la calle Herrería.

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El Consistorio girará en breve la décima sanción administrativa a Tánger. Y más allá de redondear la larga lista de multas, permite le permite comenzar a explorar la vía de expropiación forzosa. Sin embargo, el Ayuntamiento ha suavizado la postura que mostró la pasada primavera, cuando el Pleno aprobó de manera unánime explorar la recuperación del inmueble. «Habrá que valorar si se opta por la vía expropiatoria o un acuerdo con Tánger. Me gusta más esta segunda, porque la expropiación debería ser la última opción», afirmó el concejal de Urbanismo, Borja Rodríguez (PSE).

La oposición, sin embargo, pidió al equipo de gobierno una mayor determinación en el proceso de recuperar el palacio. «No es que nos guste la expropiación porque sí. Tenemos un palacio que se está deteriorando, esperando un acuerdo con un propietario que no ha mostrado ningún interés en los últimos 13 años», lamentó el concejal Óscar Fernández (Elkarrekin Podemos), quien pidió «evitar que pasen uno o dos años sin tomar medidas después de poner la décima multa».

Con una malla protectora

El palacio se encuentra habitado en una decena de sus 16 viviendas. Los vecinos vivían en régimen de alquiler a través de unos intermediarios, que también permitían al Ayuntamiento mantener cierto contacto con Tánger. Sin embargo, esa interlocución también se perdió hace dos años, después de que la municipalidad marroquí decidiera no renovar ese vínculo. Al margen de una visita fugaz por parte de un representante de Tánger, que parecía «dispuesto» a asumir el coste de las obras, la comunicación ha brillado por su ausencia desde 2010. De hecho, fue el Ayuntamiento quien asumió los diferentes trabajos básicos, inlcuida la colocación hace siete años de una malla protectora para evitar posibles desprendimientos.

El palacio Álava-Esquível pasó a ser propiedad de Tánger hace más de un siglo, cuando un descendiente del general Álava, Ricardo de Álava y Carrión, se apostó el inmueble en una partida de cartas y lo perdió. El palacio acabó en manos de Ignacio de Figueroa y Bermejillo, duque de Tovar, quien cayó herido en África y se recuperó en Tánger. Declaró heredero universal de sus bienes al National Cancer Institute de EE UU y, en caso de que la rechazara, a Tánger como muestra de gratitud. Esta rocambolesca cadena, que hasta hace no tanto era poco más que una divertida curiosidad, se ha convertido en un agudo dolor de cabeza para el Ayuntamiento.

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