Vitoria hará 1.033 pisos de alquiler protegido con una lista de espera de 15.000 personas

Vitoria es un municipio pionero en cuanto a políticas públicas de vivienda. El histórico convenio del año 2000 del Ayuntamiento con los propietarios de terrenos al Este y Oeste no sólo fue el origen de la gran expansión de la ciudad y el nacimiento de Salburua y Zabalgana sino que incluía una novedosa cláusula para acabar con unos desbocados precios de las casas: siete de cada diez pisos que se levantaran allí tendrían algún tipo de protección. Casi un cuarto de siglo después, el plano de Vitoria ha experimentado redensificaciones, el nacimiento de los barrios del Sur, el estallido de la burbuja inmobiliaria, la apuesta por el crecimiento interior y ahora otra oleada especulativa. Con el nuevo Plan General aún en confección, la ciudad se enfrenta, como todas, al grave problema de la escasez y carestía de los pisos de alquiler pero, debido a su pasado, en condiciones un poco mejores que las de su entorno. El parque público de vivienda en alquiler protegida –desde 2020 el Gobierno vasco ya no vende VPO– tiene ya 3.632 unidades a las que hay que añadir 566 de particulares que las ceden a Bizigune. Y a esta cifra se sumarán 1.033 casas más en los próximos tres años con nuevos proyectos institucionales en suelo reservado para ello. Sin embargo, la cifra se antoja aún muy corta para dar respuesta a los 14.843 vitorianos apuntados en las listas de Etxebide con el sueño de lograr uno de sus pisos de renta social.

El nuevo consejero de Vivienda, el socialista Denis Itxaso, se ha comprometido a sacar al mercado 7.000 de estos alquileres en toda Euskadi, la mitad de ellos para jóvenes. No matiza cuántos de estos proyectos recalarán en Álava y más en concreto en su capital antes de 2027. Están apalabradas desde febrero con el Gabinete Etxebarria 960 nuevas casas con arrendamiento social en Arkaiate (575) y Larrein (385). Se han entregado llaves a las primeras 152 familias en el primero de los dos sectores y está previsto que pronto se muden a la misma zona de Salburua otras 166, a un bloque que está casi a punto. Y de manera paralela se ultima el proyecto para empezar a construir otras 200 en ambas áreas. En los tres casos, el 40% de las casas se reservan a jóvenes.

Y es que este es un colectivo al que se quiere mimar. Así, a ellos, a los menores de 36 años, se les entregaron en abril las llaves de 92 apartamentos en Lakuabizkarra en los que podrán estar un máximo de 5 años. Se suman a otros 79 del mismo estilo en Portal de Arriaga (Coronación). En este equipamiento además se ensaya una modalidad nueva tras haber convertido sus lonjas en seis pisos.

No es la única fórmula novedosa ideada por Lakua que encuentra en Vitoria su banco de pruebas. El pasado mes de abril comenzó en Goikolarra la construcción de las 225 primeras viviendas del conocido como plan vasco de pisos de alquiler asequibles destinados a rentas medias. En este caso, el casero no será el Gobierno vasco sino una empresa privada, Madeilia, a la que Lakua entregará una ayuda de más de 10 millones de euros (hasta 45.000 euros por vivienda) a cambio de que destine esas casas a la modalidad de renta tasada durante 50 años. Se trata de dos parcelas de 101 y 124 viviendas, ubicadas en la calle Asparrena, a las que podrán irse a vivir en la primavera de 2026 inquilinos con ingresos medios de entre 21.000 y 39.000 euros al año apuntados a las listas de Etxebide.

La cada vez mayor necesidad y el hecho de que Vivienda haya aumentado el tope de ingresos máximo requeridos para acceder a una casa de VPO son dos razones que explican que en pocos meses la lista de personas inscritas en Etxebide en Álava haya pasado de los 11.816 de junio a 15.077. De ellas, 14.843 están en el listado de los interesados en alquilar.

Un porcentaje importante encontrará respuesta a sus plegarias en las promociones en marcha y esto es algo de lo que se muestra convencido el viceconsejero de Vivienda. Miguel de los Toyos califica como «muy bueno» el último convenio urbanístico firmado con Maider Etxebarria y asegura que otras nuevas modalidades como la de Goikolarra han tenido «muy buena respuesta» por parte de los constructores. «Ven con muy buenos ojos la posibilidad de financiar obra con una subvención con la condición de poner esas viviendas en alquiler asequible, el social y el de mercado», zanja. Según asegura, «hay ya más de mil viviendas en Euskadi construyéndose con este sistema».

Habla también de «la industrialización de la construcción» y de cómo su departamento estudia la manera de prefabricar partes de la casa para economizar recursos. «Esto ha venido para quedarse. De momento no abarata costes, pero sí acorta plazos». Sacar al mercado de alquiler vivienda vacía de la ciudad consolidada, convertir lonjas en pisos, bajar las actividades profesionales de primeras plantas a ras de calle... De los Toyos tiene una batería de ideas para aumentar el parque público de alquiler .

A Carlos Fernández de Nograro, representante de SEA-UNECA (la patronal alavesa de la construcción), estas ideas le parecen «que suman y eso está bien», pero apenas le parecen paños calientes para un sector acuciado «por la brutal subida de la mano de obra y de los materiales» y eso en una ciudad donde «el suelo no es problema». Casi nadie quiere levantar VPO para venta, advierte. ¿Ayudaría que Lakua suba considerablemente los precios del módulo de vivienda de protección?». «Cambiaría bastante el panorama, pero no es algo popular», sostiene. «Ahora sólo son asumibles si el promotor es el Gobierno vasco y busca el beneficio social».

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