«Vitoria es una gran escuela de creadores de lo fantástico»

- ¿La afición le viene de familia? ¿Hubo algún libro o película que le marcó?

- Soy el pequeño de tres hermanos. Mi hermano me saca diez años y mi hermana siete. Y ellos realmente son los que ponen la semilla de esta pasión por lo fantástico. En concreto por lo literario. Fue cuando ellos me regalaron mi primer libro de género fantástico, 'La princesa prometida', cuando cambió algo dentro de mí. Siempre he considerado que es una obra inacabada y que en cierta manera me corresponde hacerlo a mí. Entonces, cogiendo ese reto empieza a crecer el gusto por lo fantástico.

- ¿A qué edad cae ese libro en sus manos?

- Con 11 años.

- ¿Y ya siente ahí el deber de completarlo?

- Me engancha porque tiene sueños mágicos. Es cuando empieza a germinar en mí el mundo fantástico. Y en esa época me alimento también de obra de los clásicos, como Verne y Dumas, y luego los tebeos de Don Miki, que ahora mi hijo ya está empezando a leer. Es esa creación de historias sencillas y bonitas la que hace que yo como niño me acerque a la literatura. Soy una persona que recuerdo bastante bien la mayoría de mis sueños y siempre digo que no escribo, sino que simplemente transcribo. No tengo ningún mérito como escritor ni creador porque me viene dado.

- ¿Soñó Tartalo?

- Soñé Tartalo despierto, sí. De manera onírica, quizá, en su esencia.

- ¿Cuánta gente pasó por la primera edición?

- Más de 5.000, pero al año que viene doblamos como mínimo.

- En su momento comentó que no veía un techo.

- No, no lo veo. De hecho, cuando acabamos Tartalo ya planificamos el próximo año y a día de hoy hay cosas cerradas. El festival ha tenido mucha difusión local, sobre todo gracias a la labor de EL CORREO. Hemos empezado la casa por los cimientos. En menos de siete días conseguimos situarnos a nivel nacional y creo que es para estar muy orgullosos.

- Este año de Vitoria ha surgido una de las grandes películas europeas de género fantástico, 'Irati', además de la creación de un festival. ¿Hay algo especial por aquí...?

- Cada uno tendrá visiones diferentes, pero si eres un niño que cree en la magia y paseas por el parque de La Florida y ves esa maravilla de Belén, tienes mucho ganado. Vitoria es una escuela de creadores de lo fantástico.

- También con numerosos escritores.

- Sí, se ve en el volumen de escritores, muy alto. Aquí hay una asociación maravillosa de escritores a la vez, Krelia, en la que algunos trabajan también el tema de lo fantástico y editoriales locales que se están dedicando al tema fantástico. Hay un espacio mágico. Es importante también el encuadre de Vitoria, dentro de Álava, porque la provincia en sí también es maravillosa.

- Recientemente ha publicado su último libro, 'Las llaves del espantapájaros' junto a otro profesor, Martin Simonson. Contaba que muchas veces paseaban por Álava pensaban en la novela.

- Nos gusta pasear por bosques por los que te puedes perder o la Montaña Alavesa que de noche es algo mágico. En cierta forma, no muy habitada, con muchos espacios libres.

- ¿Cómo está funcionando el libro?

- Si te digo la verdad, no tengo ni idea. Porque no estoy en redes. Y soy consciente de que lo que no se ve no existe. A día de hoy es muy importante ser muy activo en redes si quieres vender un producto. Sinceramente, mi anhelo no es vender, sino que el libro es una necesidad, al igual que crear Tartalo. .

- Ahora que comenta que no está pendiente a las redes. ¿Puede influir esto en que sea capaz de llevar a cabo tantos proyectos?

- Puede ser que no me desvíe tanto. Puede ser que me permita estar más centrado.