Vitoria gastará 1,8 millones al año en sueldos de sus 27 concejales

El Pleno municipal aprobará la tabla de retribuciones de sus 27 representantes con sus distintas escalas, grados de dedicación, cargos, portavocías, etc. A diferencia de otras instituciones locales, donde algunos nuevos regidores se han colocado en el ojo del huracán con incrementos de sueldo casi automáticos, Vitoria mantendrá las pagas congeladas. Eso sí, aquí conviene incorporar un asterisco, ya que desde el 2019 se han aplicado los incrementos que afectan a todos los funcionarios, en una horquilla de entre el 1% y el 3,5% en los últimos años. Esto se traduce en una subida algo inferior al 10% con respecto al inicio de la pasada legislatura, cuando el salario de Gorka Urtaran quedó fijado en 84.271 euros (acabó su segundo mandato con 91.323).

La cifra global que alcanzarán las retribuciones de los 27 concejales rondará los 1,8 millones de euros, a falta de que el Consistorio haga públicos los ingresos exactos que percibirá cada edil. La evolución, en este sentido, se ha mantenido constante en la última legislatura, por encima de los 1,7 millones brutos. Es decir, a esto que hay que restar el IRPF y las aportaciones que se realicen a los partidos políticos, principalmente. Al margen de esta cifra se encuentran los coordinadores (rozan los 88.000 euros), directores, asesores y el personal de confianza de las distintas formaciones, tanto del gobierno como de la oposición.

Pero más allá de los propios salarios, el escenario político tras las elecciones del 28 de mayo implica nuevos cambios en los grados de dedicación. El PNV y el PSE, que forman el gobierno, tendrán doce representantes al 100% de la jornada. A ellos se suman los portavoces de la oposición, mientras que los restantes se reparten entre EH Bildu y PP, por su ascenso en las urnas (ambos ganaron un concejal). Los demás tendrán un 75%.

Al margen de la nueva relación de los salarios, en la sesión de hoy está previsto el nombramiento de Sonia Díaz de Corcuera (PNV) como concejala de Cultura, tras la marcha de Saray Zárate a la Diputación. Al mismo tiempo, los grupos aprobarán por fin la organización de las comisiones informativas, que se convocan cada dos semanas sobre cada área. Pese a tratarse de una cuestión en apariencia insustancial, tiene su importancia a la hora de poner en marcha el Ayuntamiento. De hecho, el equipo de gobierno necesita sacar adelante este acuerdo en menos de un meses de la investidura, un plazo que expira el próximo día 17.

El motivo de la lentitud a la hora de llegar a este acuerdo se encuentra en el clima de crispación que se ha levantado en el Ayuntamiento tras la celebración de las elecciones municipales y la cercanía de las generales. El decorado actual dificulta casi cualquier acercamiento con el nuevo gobierno. Por un lado, el PP no quiere que le reprochen que su apoyo al PNV y al PSE va más allá que el veto a EH Bildu; los soberanistas siguen irritados tras perder la Alcaldía pese a su victoria electoral y Elkarrekin Podemos ya se acercó a Bildu para evitar que gobernara el PNV.