Barrios de Vitoria

Familias de Santa Lucía y Salburua denuncian a una banda por continuos «robos y agresiones»

Así describen la situación en la denuncia que han presentado en la comisaría de la Ertzaintza, y a la que ha tenido acceso ELCORREO. En ella, la asociación de vecinos del barrio de Santa Lucía (Erreka-Txiki), la Sociedad Deportiva Irubat, las AMPAs de los colegios Ángel Ganivet y Escolapios y la Fundación Itaka Escolapios –firmantes del documento– reclaman medidas urgentes para atajar un problema cuya tendencia se agrava con el paso del tiempo.

Los episodios que relatan asustan. Un jugador de solo 15 años que milita en el equipo del Irubat fue rodeado por estos cinco individuos de camino al campo de fútbol y le sustrajeron todas sus pertenencias. Otro de los chavales del barrio regresó a casa sin sus zapatillas, se las habían robado, o sin las chaquetas. Aunque lo más común, como aseguran, son los móviles y el dinero.

Capítulo aparte dedican las familias a las agresiones. «A alguno le han rodeado y le han pegado para que le diesen lo que llevaba encima. Nuestros hijos vuelven a casa con marcas». Incluso, según relatan los progenitores, en algunos casos «actúan contra grupos de chavales de 10 o 15 personas. No tienen miedo, les da igual».

Hay quienes tratan de buscar refugio en lugares como «los supermercados para evitar ser asaltados». Es lo que ocurrió en la zona del nuevo centro comercial de Salburua, donde unos jóvenes consiguieron salvarse de un asalto al acceder al interior de la tienda. Se trata de uno de los puntos calientes, junto con los alrededores del colegio San José Calasanz-Escolapios, el campo de fútbol en la calle Los Astrónomos y la zona del parque del Este en Salburua o las paradas de autobuses.

«Sabemos quiénes son»

El número de afectados «es ya incontable», aseguran las familias. «Todos sabemos quiénes son». Es por ello que, hartos de encadenar denuncias tras sufrir alguno de estos episodios, las familias y colectivos del barrio han decidido unir sus fuerzas para exigir castigos severos a los autores para atajar el problema de raíz. Es por ello que reclaman «mayor vigilancia policial, que a los agresores se les apliquen las medidas legales por sus actos delictivos y que los agentes expliquen en los centros educativos cómo deben actuar los menores en caso de sufrir una agresión».

Los progenitores lamentan que sus hijos «ahora tengan miedo a la hora de salir de casa». «Les están coartando su libertad y afectando psicológicamente», añaden. Y también temen que esto pueda conducir a que los afectados puedan decidir «tomarse la venganza por su cuenta y ocurra algo peor».