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Las calles de Vitoria registraron 83 atropellos durante 2021. Tras cada uno de ellos, el Ayuntamiento recibió el atestado de la Policía Local y el servicio de Tráfico estudió las razones que habían originado el suceso para tomar medidas. En una veintena de ocasiones ... se requirió una intervención casi inmediata. Y en el resto se analizó si era necesario ejecutar alguna reforma o si los hechos se habían producido por despistes e imprudencias del peatón o el conductor.
No hay que remontarse mucho en el tiempo para comprobar esa acción de respuesta. El ejemplo más cercano; el mortal accidente del 25 de enero. Mari Álvarez de Arcaya fue arrollada por un coche que circulaba «a una velocidad excesiva» -coinciden los testigos- en el Paseo de los Humedales de Salburua. Apenas diez días después, el Consistorio procedió a tomar una «medida de urgencia» y de carácter «puntual» reduciendo de tres a dos el número de carriles a la altura del trágico paso de cebra. Además se colocaron pivotes puntuales.
Tres años antes, en enero de 2019 falleció Irene, de 14 años, después de que ser atropellada en la Avenida de Naciones Unidas (Zabalgana). Allí se optó por instalar un radar. Sin finales trágicos, el Ayuntamiento también actuó en la calle Iturritxu, por ejemplo. Convirtió esta vía en 'zona 30' después de que un vehículo arrollase a un alumno de la ikastola en otoño de 2020.
El Consistorio analizó el año pasado los 83 puntos de atropello y también intervino sobre otros muchos donde pudiera existir un peligro potencial. En total, el Departamento de Movilidad -que dirige el concejal Raimundo Ruiz de Escudero- registró un centenar de obras para garantizar la seguridad vial. En la inmensa mayoría de las ocasiones se escogieron fórmulas para rebajar la velocidad, como son los radares y, sobre todo, la reducción del número de carriles.
Por esa razón es hoy menor la capacidad de entrada en las rotondas de Duque de Wellington y 'La Antonia'. En la Avenida de los Derechos Humanos, en Zabalgana, se optó por cambiar el aparcamiento de línea a batería a fin de que no resultase tan sencillo pisar el acelerador. Y en distintos puntos de Lakua, y después de acumular varios avisos de la Policía Local y los responsables de Tráfico, se decidió incrementar el número de señales de aviso y se pintaron unos triángulos en forma de 'diente de dragón' en los márgenes de cada carril para obligar al conductor a decelerar.
El repintado es uno de los recursos más extendidos. En la calle Maite Zúñiga se ha optado por dibujar galones blancos sobre el asfalto (el denominado sistema 'Chevron') que sirve para calcular la distancia entre vehículos y, por lo tanto, obligar a que se respete el máximo de velocidad fijado para esa arteria.
Pero más allá de estas actuaciones perceptibles para el ciudadano, también se 'chequea' en distintos lugares si existen problemas de visibilidad. Y si es así, se modifica el emplazamiento de los contenedores, se poda alguna planta o se eliminan las plazas de estacionamiento que se encuentren más próximas a los pasos de peatones.
Una labor que desgraciadamente nunca terminará. Porque en el escaso mes y medio que llevamos de este 2022 ya se han registrado seis atropellos con heridos -que se reparten entre los barrios de Lakua, Armentia, Salburua, Coronación y Zaramaga, además del polígono industrial de Júndiz- y el citado en Salburua de fatal desenlace. Ademas, en dos de ellos, las víctimas resultaron ser menores, de 14 y 6 años de edad.
Por eso, la prevención resulta determinante. El Ayuntamiento subraya que recurre a las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPAs) y los vecinos. Son sus principales 'antenas' para prevenir hechos lamentables. También los técnicos están atentos a las redes sociales y a la web del Buzón Ciudadano. En estas plataformas muchos vitorianos expresan su indignación. Porque sobre el plano todo puede parecer ideal, pero en el momento de llevarlo a la práctica surgen los problemas o la solución planteada no se adapta a la forma de vida de los vecinos.
Fruto de esa colaboración entre el Ayuntamiento y los centros escolares nació la curiosa intervención en las inmediaciones del colegio Errekabarri. En el Paseo de la Ilíada, se instalaron barreras de hormigón y carteles que obligan a los conductores a circular en 'zig zag' para llegar al paso de cebra de este centro del barrio de Salburua a una velocidad reducida. Aunque afortunadamente no hubo que lamentar allí ninguna desgracia, los 'sustos' eran diarios e inquietaban a los padres.
Pero, ¿son las calles de Vitoria más o menos seguras que las de otras ciudades? La respuesta es compleja. Porque una comparativa precisa resulta prácticamente imposible. La ciudad recibió en 2021 el premio 'Visión Zero Municipal', que otorga la Asociación de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad, tras encadenar un año sin víctimas mortales en sus calles.
El objetivo del Ayuntamiento es «proteger a los colectivos vulnerables»; peatones y ciclistas. También «corregir comportamientos inadecuados». Pero la eficacia de las políticas de seguridad vial también depende en gran medida de la intensidad de la vigilancia y del cumplimiento de los requisitos de seguridad.
«Vitoria es una ciudad verde que apuesta por una movilidad sostenible y por un espacio público más amable. Preferimos las zonas peatonales a la carretera, el verde al asfalto. Y también somos una ciudad que está prestando una especial atención al ámbito de la seguridad vial», explica Ruiz de Escudero. «Nuestro objetivo es que Vitoria sea totalmente segura y un lugar en el que los accidentes de tráfico se reduzcan al mínimo», subraya.
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