Vitoria espera ingresar 10 millones por la venta de dos parcelas de Lakua y Salburua

Según ha podido saber EL CORREO, los suelos se ubican en Lakua y Salburua. Los primeros, situados en Duque de Wellington, están tasados en 8,3 millones de euros y representan la principal apuesta del Ayuntamiento para obtener ingresos a través de venta de suelo. Tienen, además, una amplia capacidad para acoger actividades al estar catalogados como terciarios. Puede convertirse desde un edificio de oficinas hasta un hotel. Eso sí, se trata de una zona (junto a la calle Sierra de Aralar) en la que ya existen el hotel Duque de Wellington y los apartamentos Irenaz.

Algo más acotada tendrá su explotación la parcela del bulevar de Salburua, cerca del parque. Los terrenos están catalogados como equipamiento deportivo. Es decir, podría abrir un gimnasio o alguna instalación de tamaño medio para realizar alguna actividad deportiva. La pretensiones del Ayuntamiento no son tan elevadas en este caso, ya que espera recaudar 1,26 millones de euros con la operación; sin embargo, se trata de una de las zonas más reconocibles de la zona este de la ciudad.

El Gabinete Etxebarria, de hecho, espera obtener 2,7 millones de euros con una parcela de equipamiento en Arantzabela. En concreto, los terrenos se sitúan junto a la calle Heraclio Alfaro y el frontón. Eso sí, cabe destacar que en todos estos casos se trata de previsiones que realiza el Ayuntamiento, y que necesitarán de cierto interés por parte de algún inversor.

Al margen de estas operaciones, en el presupuesto figuran parcelas en entidades locales menores, como Ali (250.000 euros), Zuazo de Vitoria (140.000 euros), en Armentia (148.000 euros), además de plazas de aparcamiento en Gámiz (180.000 euros), que superan en total los 13,5 millones. Además, el Ayuntamiento volverá a intentar vender por 700.000 euros el edificio de Florida 28, cuya operación está paralizada.

El proceso se encuentra judicializado, ya que el Ayuntamiento intenta desalojar a un inquilino que tenía una renta con la antigua propietaria del edificio. La dueña cedió su patrimonio al Hospicio a cambio de la celebración de cien misas en memoria de su marido. El Consistorio absorbió esa propiedad, pero el inquilino asegura que las misas nunca se celebraron y pone en duda la titularidad municipal.