Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La idea de que la profesión del portero tradicional no atraviesa su mejor momento está más que extendida. Salta a la vista que cada vez es menos común verlos de ronda por las zonas comunes con su manojo de llaves colgando de la presilla del ... pantalón. Pero que un Ayuntamiento como el de Vitoria no haya sido capaz de encontrar a quién entregarle las llaves para cerrar cada día sus jardines públicos, el polideportivo de El Campillo y la vieja estación de autobuses de Los Herrán resulta todavía llamativo. Y más cuando se trata de casi 120.000 euros por realizar esa labor durante cuatro años. Es decir, casi 30.000 euros anuales.
El Consistorio acaba de declarar desierta esa parte del contrato de conservación de los espacios verdes y arbolado urbano, que ronda en total los 16 millones de euros. El motivo se encuentra en que las dos empresas que habían mostrado cierto interés durante el proceso de licitación comunicaron su renuncia de forma anticipada. El contrato establecía la obligación de «cerrar todos los días del año» los ocho jardines públicos con cierres exteriores, entre los que destacan el del Secreto del Agua del Parque de La Florida, los de los palacios Zulueta y de Escoriaza-Esquível, el de la Secuoya, el de Echanove y el de las Neveras de la muralla. De la apertura se encargarían los trabajadores municipales de la Unidad de Paisaje Urbano, salvo los fines de semana, festivos y puentes, en los que también recaería en la empresa subcontratada.
A excepción de algunas salvedades muy concretas –El Campillo cierra durante la semana de fiestas y las necesidades son menores el fin de semana, por ejemplo– el servicio exigido es muy similar al de los jardines en el resto de equipamientos, entre los que también figuran las huertas de Urarte, junto a Abetxuko.
Pero que nadie se imagine que el cometido pasa sólo por acercarse a las instalaciones, echar la llave y volver a casa, como podría sugerir el enunciado del contrato («apertura y cierre de recintos»). Las condiciones de la oferta marcan otra serie de exigencias que destierran cualquier banalización del encargo y requieren una empresa de cierto tamaño y organización.
Además de los aspectos básicos como los documentos de la Seguridad Social, el material, los seguros y demás, el Ayuntamiento exige «preparar cuantos informes y estudios relacionados con los servicios sean ordenados» por la Administración local o un informe «mensual» con los «partes de trabajo desglosados, distribución de medios humanos, materiales, turnos, categorías y tipos de trabajo». Y no sólo repara en cuestiones organizativas o administrativas, sino que también ordena la comprobación de que las instalaciones han quedado vacías y, en caso contrario, el «desalojo de los usuarios rezagados».
Fuentes del departamento de Espacio Público y Barrios, que supervisa el contrato, aseguran que el lote de la apertura y cierre de recintos volverá a salir a concurso, y es probable que con un presupuesto mayor. Sin embargo, la falta de interesados no implica que el Ayuntamiento se quede sin ese servicio de manera inmediata, sino que seguirá en manos de la anterior empresa encargada «hasta que se cubra».
Sin embargo, no es la primera ocasión en la que el Consistorio recurre a prórrogas o pagos puntuales para mantener un servicio. De hecho, en su último informe de control interno, el interventor municipal advirtió al Consistorio de una utilización «excesiva» y «reiterada» de procedimientos menores y facturas, tal y como adelantó este periódico.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.