Vitoria está llena de arte urbano, sólo hay que saber mirar. Un garbeo por sus calles, plazas y polígonos industriales nos descubre los cientos de paredes que cobran vida gracias al desbordante talento de muchos artistas, ayudados por sus inseparables botes de espray y ... pinturas acrílicas que aplican con pinceles. En numerosos barrios de la capital alavesa resulta prácticamente imposible caminar sin toparse con algún muro cubierto de curiosos retratos, figuras geométricas, enormes firmas de estética grafitera o indescriptibles criaturas, dignas de la mejor ciencia-ficción. Pero cuando la ciudad duerme surgen las sorpresas. En el preciso momento en que se pone fin al ritmo de la vida diurna, cuando muchos bares y tiendas echan el cierre, sus persianas empiezan a lucir sus 'tatuajes'. Cuando la ciudad descansa se destapa todo un espectáculo visual en forma de sorprendente galería de arte urbano que acompaña a los transeúntes nocturnos. Paredes, persianas e incluso puertas que un día se quedaron 'desnudas', tristes y sin vida presumen hoy por haberse convertido en lienzos donde numerosos artistas, profesionales y amateurs, dejan su huella mediante historias plagadas de color.
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En su conjunto, son creaciones integradas en el espacio que ocupan, ideadas con gusto y que conforman un peculiar universo: el del arte urbano que llena de colores el callejero de Vitoria. Estas piezas no son fruto del vandalismo, sino todo lo contrario. Se han convertido en un recurso idóneo para embellecer la entrada de muchos negocios; que ganan también en personalidad. Quizás, sin percatarnos, tenemos en nuestros recorridos diarios una pieza de referencia, aunque lo cierto es que muchas de estas obras suelen pasar desapercibidas. De hecho, el mejor momento para descubrir esta singular 'pinacoteca' al aire libre y disfrutar de ella es por la noche, una vez que los establecimientos comerciales y hosteleros interrumpen durante unas horas su actividad.
El arte se expande por las calles para que todo el mundo pueda verlo. Eso sí, aunque cada vez es más notorio, esta creciente explosión de creatividad, ideas y talento no es nueva. La decoración de cierres metálicos y de muchas fachadas a base de grafitis y murales ha proliferado en los últimos años. En especial, desde 2006, una fecha de referencia para esta 'poesía visual'. Aquel año, el graffiti, un tipo de arte callejero que desde sus inicios ha estado rodeado de polémica -sobre todo por las quejas de vecinos y comerciantes entre acusaciones de vandalismo- abrió una nueva etapa en Vitoria. ¿El motivo? Varios minoristas decidieron contratar a grafiteros para decorar sus locales. Los pioneros fueron los 87 comerciantes que entonces tenía el centro comercial Gazalbide. El grupo se animó a materializar una novedosa iniciativa para lavar la cara al desangelado equipamiento. Aquellas intervenciones artísticas permitieron colmar de arte urbano sus paredes y le dieron un toque original a los negocios.
El maridaje entre arte urbano y negocios de la ciudad prosiguió tres años después de aquella experiencia. En 2009, nacería 'Muralia', un certamen impulsado por el Ayuntamiento, con el que se buscaba mejorar el aspecto de algunos locales comerciales que, al estar sin actividad durante un periodo prolongado, presentaban un aspecto externo un tanto descuidado. La primera incursión se realizó en una quincena de locales de la zona de Sancho el Sabio. Un año después, la experiencia se repitió con gran éxito en Zaramaga. Entonces, una treintena de artistas nacionales e internacionales le dieron color y arte a muros grises y a una veintena de lonjas vacías del barrio y también de la calle Francia. En espacios urbanos duros y ennegrecidos por la tristeza de la inactividad y la desesperanza el arte de muchos jóvenes sacó chispas de vida. A fecha de hoy, aún se conservan muchas de esas intervenciones artísticas, que ayudaron a mejorar el aspecto estético de las calles comerciales con el objetivo de atraer a más gente.
En los últimos años, las nuevas generaciones de artistas urbanos han tomado el relevo. Para muchos se ha abierto una nueva vía de negocio: el graffiti o mural comercial; que además de una retribución económica les permite dar rienda suelta a su creatividad; pese a que sus obras se distinguen por su carácter efímero. Con el propósito de dar a conocer unas pequeñas muestras de las múltiples vertientes del 'street art' presente en la ciudad, estrenamos hoy una nueva serie dedicada al arte urbano 'made in' Vitoria. En este primer capítulo, mostramos una selección de imágenes, realizadas a lo largo de los últimos años, con algunas de las artísticas persianas de establecimientos ubicados en el centro de la ciudad, la Avenida y el barrio de San Martín. Pasen y vean.
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