Vitoria devolverá 4,2 millones de ayudas europeas por el fallido tanque de tormentas

El Ayuntamiento no va a tener más remedio que encajarlo. Y en un espacio de tiempo, además, relativamente corto. En un mes, a lo sumo 40 días, tendría que transferir al menos un primer pago de la deuda generada con el polémico proyecto. Cabe la opción de pactar un calendario que permita enjugarla de manera fraccionada. Pero eso está en veremos.

La cuestión es que no queda otra que pagar. Y fuentes municipales confirman, sin dar más detalles, que «se hará». La contundencia del mensaje que el Ejecutivo de Bruselas (la Comisión Europea) trasladó al Gobierno de España -que a su vez informó al Ayuntamiento a finales del pasado julio-, el riesgo de sanciones complementarias para la ciudad por impago (además de recargos millonarios por demora) e incluso el temor a un bloqueo de futuras ayudas europeas obligarán al Consistorio de la capital a zanjar el asunto, descartando cualquier opción de dilatarlo más. Se insiste, dos décadas de vacío desde que se concedieron los fondos europeos.

La dupla de Gobierno PSE-PNV, siguiendo la recomendación del departamento de Hacienda municipal, parece haber optado por asumir lo ya sabido; que el controvertido tanque fue un fiasco desde el primer día. Lo significativo es que la evidencia se asume apenas seis meses después de que el anterior alcalde, el jeltzale Gorka Urtaran, sacara del cajón el proyecto para anunciar que iba a recuperarlo.

No se dieron plazos, sí se advirtió de que habría que destinar aún más dinero para ponerlo en marcha. Y se puso como referencia para pensar en el cómo una vez finalizasen las obras de contención de los ríos de la zona sur (Batan y Zapardiel), que están en plena ejecución. «Para terminar de poner en marcha el depósito habrá que invertir, ver cómo queda el esquema de los ríos del sur y los caudales, y cuál es la estimación económica», explicó la entonces concejala de Territorio y Acción por el Clima, Ana Oregi (PNV).

El fracaso no distingue siglas políticas en el largo historial de esta colosal infraestructura. Se construyó siendo alcalde el popular Alfonso Alonso, bajo una línea de alta tensión de 400.000 voltios, sin autorización de Red Eléctrica Española -por tanto «ilegal»- y el gasto fue en 'crescendo' a medida que se ejecutaban las obras hasta casi duplicarse. Al final esos 8,2 millones de euros que se irán por el desagüe. Ninguna de las siguientes corporaciones (con gobiernos del PNV, PSE y del propio PP) ha puesto solución a este monumento a la incompetencia política.

En varias ocasiones Bruselas ha testado la obra y en 2015 apremió a ponerla en marcha. «En caso contrario o en el caso de que se cambie el destino inicialmente aprobado, la Comisión deberá recuperar la ayuda otorgada», decía textualmente la misiva. Al año siguiente el Gobierno municipal anunciaba que había conseguido una moratoria (hasta 2020) para rematar el proyecto, acabar la infraestructura y ejecutar otros tres proyectos que afectarían a su funcionamiento: la colocación de clapetas en el emisario del saneamiento para evitar la entrada del río Zadorra al tanque; las obras de defensa contra inundaciones de los ríos Batan y Zapardiel; y el desvío de las aguas pluviales de Salburua fuera de la red de saneamiento. Por aquel entonces incluso la Intervención municipal llegó a emitir un informe a petición de PNV y PSE en el que planteaba que el asunto había prescrito, aunque recomendaba certificar que era así.