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Es el contrato más importante del Ayuntamiento de Vitoria, por encima del de la ayuda a domicilio, y uno de los que más expectación genera ... entre las empresas y sus gabinetes de abogados, dispuestos a impugnarlo a la mínima, como ya ha ocurrido antes. Es que es jugoso. La limpieza de las calles y la gestión de los residuos le va a costar anualmente a la ciudad, a partir de 2026 y durante una década, 35,5 millones de euros. Es decir, 355 millones hasta 2036. Diez más en cada ejercicio (un 28% de incremento), según revelaron este lunes la alcaldesa, Maider Etxebarria, y el concejal responsable de Gestión Ambiental, Pascual Borja, durante la presentación de las líneas principales de este megacontrato que saldrá a licitación en breve. Entre las novedades, incluye la recogida 'puerta a puerta' «de todos los residuos» para «negocios y establecimientos» del Casco Viejo, Ensanche y centro.
Las novedades
35,5 millones por cada año de contrato Hasta diez. Supone un incremento del 28% que se explica por la amortización de vehículos, la inflación o el pago de salarios.
Ha de separarse el 50% de los residuos Antes de que se acabe este contrato, la mitad de todos los residuos que generen los vitorianos se debe recoger de manera separada para reciclar.
Se renuevan desde barredoras a camiones Las máquinas actuales han llegado al final de su vida útil. Los vehículos pesados deberán ser de gas natural y puntuará la electrificación de la flota.
Máquinas especiales que extraen suciedad Hay maquinaria que friega en profundidad el pavimento, de modo que plazas, paseos y calles recuperarán su lustre inicial.
Al menos una limpieza intensiva al año Una vez al año (y en algunos barrios hasta cuatro veces) habrá limpieza a fondo de calzadas, sumideros y pintadas, con barridos y baldeos.
'Puerta a puerta' para negocios Los establecimientos deben guardar sus restos en bolsas o minicontenedores hasta el día y la hora que se les diga. Desaparecen depósitos móviles.
Adiós camión; hola puntos fijos en barrios Ya no habrá que esperar al camión para tirar unas pilas. Habrá 20 puntos fijos distribuidos en los diferentes barrios, que incluirán recogida de aceite.
De acero galvanizado y con cierre para el gris Poco a poco el plástico dejará paso al acero, mejor para soportar vándalos y viento. Los grises se podrán cerrar a partir del tercer año.
«Este pliego es una respuesta a las necesidades que en materia de limpieza presenta Vitoria-Gasteiz y a lo que la ciudadanía nos ha venido trasladando. Queremos que marque un antes y un después en un servicio público fundamental», señaló Etxebarria, tras destacar el «gran esfuerzo económico» que realizará el Ayuntamiento.
Como hasta ahora, las empresas contratadas (suelen unirse varias en UTE) deben hacerse cargo, por un lado, de la limpieza diaria de calles y plazas y, por el otro, de la gestión de los residuos. La primera de sus funciones será comprometerse a renovar «toda la maquinaria», desde barredoras hasta fregadoras pasando por camiones y además hacer al menos una limpieza intensiva de cada barrio al año y de algunos hasta cuatro. También se refuerza la campaña de recogida de hojas con una retroexcavadora y se instalarán 500 papeleras selectivas más por las calles.
Se harán fregados de pavimento con máquinas diseñadas para «extraer la suciedad» y que aceras, baldosas, plazas y paseos «recuperen su estado más pulcro». Y además, si las malas hierbas crecen entre los adoquines, deberán ser los equipos de barrido los que se encarguen de la exterminación total de lo que se denomina «vegetación espontánea».
En cuanto a la gestión de residuos en el centro, además del 'puerta a puerta' para comercios y bares, se acaban los contenedores de 'quita y pon' de algunas zonas del centro y se sustituirán por módulos fijos «con una estética muy cuidada», con bocas de color reconocibles. «Integrados en el paisaje», en palabras de Pascual Borja. «De esta manera cada establecimiento ya no sacará sus restos a la calle y deberá guardarlos en el interior en bolsas o en pequeños contenedores que se les entregue para ello. Se dispondrán los horarios de recogida y se les comunicará para que conozcan los días y horas en los que se procederá a la retirada», matizó. Ahora es frecuente ver cajas apiladas a la puerta de los locales hasta que llega el camión a recogerlas.
También aclaró el edil socialista que las máquinas se renovarán en dos fases. De manera que durante unas semanas, la empresa podrá seguir usando las barredoras antiguas pero dispondrá de seis meses para cambiarla. En el caso de los camiones, el plazo se alarga un año, ahora bien deben ser de gas y se valorará en general la electrificación de la flota.
También contará que sean lo más silenciosos posible. Y Pascual Borja agregó asimismo que se sustituirán paulatinamente los contenedores plástico de las islas de reciclaje por otros de acero galvanizado, más resistentes al vandalismo y a las rachas fuertes de viento.
Otra novedad es que desaparece el punto verde móvil y se cambia por 20 puntos fijos colocados en diferentes barrios, donde se podrán depositar aceite, pilas, pequeños electrodomésticos, bombillas.... «Se van a distribuir por diferentes espacios y barrios de la ciudad, para que se conviertan en pequeños garbigunes, mucho más cercanos a la ciudadanía y no tener así ya que estar pendientes de la visita del punto verde móvil, como hasta ahora», incidió el responsable de Gestión Ambiental.
Para el tercer año de vigencia del contrato se ha fijado el cierre del contenedor de fracción resto (el gris). La idea que se ha barajado todo este tiempo es que no se puedan utilizar todos los días para forzar el reciclaje de orgánica. «Pero esta medida es una decisión que puede variar si, con la colaboración de la ciudadanía y su contribución a mejorar los índices del reciclaje, alcanzamos los datos del 50% que nos exige Europa», zanjó.
Tras la aprobación en la Junta de Gobierno –se ha comunicado a los portavoces de todos los grupos de la oposición– se publicará el anuncio de licitación y se abrirá un plazo de dos meses para la presentación de ofertas hasta el 15 de junio.
A partir de esa fecha comenzará el estudio y evaluación de las posibles plicas recibidas, con la intención de ir superando las fases de proceso y que sea el 1 de enero de 2026 la fecha de inicio de la prestación del servicio por parte de la nueva contrata de limpieza hasta el año 2036.
Es de esperar que las interesadas en el contrato ofrezcan rebajas importantes en el precio final.
Es la primera vez en la historia de la licitación local que un contrato de la envergadura del de las basuras dura más de cinco años. Y no es ya sólo que se alargue, es que el periodo de vigencia se va a duplicar y será de una década, algo que la alcaldesa, Maider Etxebarria, defendió ayer. Primero, porque la adjudicataria debe renovar toda la maquinaria, desde barredoras a camiones de recogida, y así cuenta con más periodo para amortizar la inversión, y también porque «hay que tener en cuenta que contempla una transformación importante y para desplegar todo ese potencial se necesita tiempo».
El ganador deberá subrogar la plantilla de la actual contratra, la UTE Servicios Urbanos Vitoria-Gasteiz, integrada por las compañías Prezero y Onaindia, que está compuesta por más de medio millar de personas. E incluso podría crear más puestos de trabajo para dar cobertura a los nuevos servicios que contempla este millonario contrato.
Etxebarria y el responsable de Gestión Ambiental, Pascual Borja, indicaron que las razones de subir un 28% el precio –diez millones de euros más al año– que el Ayuntamiento está dispuesto a pagar por este servicio responde también a cuestiones de inflación, el pago del personal con derechos adquiridos y la «nueva dimensión» del trabajo.
Reciclar la mitad de todo
Este aumento llega precisamente en el momento en que el recibo que pagan los vitorianos por la gestión y tratamiento de sus basuras ha sufrido una fuerte subida debido a la normativa europea que obliga a reducir el déficit por la prestación de este tipo de servicios. Este primer año, la recaudación por este mismo motivo será de unos 10 millones más.
Uno de los objetivos de esta licitación, puntualizó Pascual Borja, es cumplir la Ley de Residuos 7/ 2022 que establece que para 2035 «el porcentaje de residuos municipales recogidos separadamente será como mínimo del 50% en peso del total de residuos municipales generados».
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