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El parking de autocaravanas de Lakua-Arriaga estrenará barreras de acceso y nuevos servicios para sus usuarios desde el verano. Lo hará de forma gratuita, como hasta ahora, a pesar de que el plan inicial del Ayuntamiento marcaba que pasaría a ser de pago. El ... proyecto, adjudicado a Balgorza por 220.450 euros y un plazo de ejecución de dos meses, ha avanzado con relativa rapidez desde el pasado otoño, pero 'sólo' desde el punto de vista de la ejecución de los trabajos y de reformar el espacio. El Gabinete Etxebarria aún debe definir cómo instaurará el pago y el modelo de gestión del aparcamiento. Es decir, si será municipal o saldrá a contratación.
Además de las barreras para controlar el acceso, el aparcamiento contará con un lector de matrículas de los vehículos con el objetivo de medir el tiempo que pasan estacionados. También servicios para los usuarios como torres de suministro eléctrico, la mejora del pavimento y un punto limpio para sumideros de descarga, además de un lavadero. No obstante, el impás hasta que la instalación funcione a pleno rendimiento y sea de pago durará varios meses.
El Ayuntamiento afirmó ayer que «estudiará en las próximas semanas la fórmula de gestión más adecuada y eficiente para este nuevo servicio», a la espera de concretar si deberá someterse a un concurso de contratación o no. Además, tiene pendiente de concretar cuestiones determinantes como el periodo máximo de estancia en el aparcamiento para llevar a cabo el control.
Por otra parte, de cara a materializar la apuesta de convertir el parking en un servicio de pago, deberá salvar una larga tramitación administrativa. Lo más lógico es que se incluya en el próximo debate fiscal, que suele arrancar cada año en otoño. Necesitará el apoyo de al menos un grupo de la oposición. En este sentido, fuentes del departamento de Espacio Público y Barrios que lidera Beatriz Artolazabal (PNV) señalan que esa cuestión todavía «debe definirla el equipo de gobierno».
La renovación del parking de autocaravanas responde a una necesidad de aumentar los servicios, «mejorar la calidad» y, al mismo tiempo, garantizar el correcto uso de la instalación, que está llamado a convertirse en un «punto de referencia» para este tipo de turismo.
Es decir, que se respete la rotación de vehículos y no se abuse de las estancias. Además, tanto los usuarios como los vecinos solicitaron mejorar las condiciones de higiene y el suministro eléctrico, ahora que se verá solventado con el nuevo proyecto.
«El parking está siendo utilizado de una manera inadecuada, evitando la rotación y manteniendo los vehículos durante largos espacios de tiempo, lo que ha provocado las quejas de muchos vecinos de la zona», explicó la teniente de alcaldesa.
El aparcamiento cuenta con 39 plazas y, tras la intervención, mantendrá esa capacidad. El principal objetivo es aprovechar el turismo de autocaravanas al ofrecer un lugar de estacionamiento y de descanso. Además, se trata de una infraestructura con múltiples conexiones con el resto de la ciudad (tiene cerca urbanos, BEI, estación de autobuses y tranvía).
Estirar las estancias en el aparcamiento de autocaravanas de Lakua-Arriaga más allá de los siete días (el máximo permitido para cualquier punto de la ciudad) se ha convertido en un molesto hábito en los últimos años. No sólo por parte de los turistas, sino que más de un vitoriano ha aprovechado el acceso libre y gratuito del parking para estacionar su vehículo vacacional sin coste alguno. Estas irregularidades, difíciles de detectar, demostrar y erradicar sin supervisión, presencia policial, parquímetros o un lector de matrículas, obligaron al Ayuntamiento a movilizar a la Policía Local, en busca de atajar el problema con amenazas de multas. Sin embargo, esta solución estaba llamada a ser excepcional y provisional.
La renovación del aparcamiento llevaba más de un año sobre la mesa hasta que la obtención de financiación europea permitió su desbloqueo. De hecho, la colocación de elementos que restrinjan el acceso ya se valoró hace más de cinco años.
El control de acceso con lector de matrículas busca precisamente 'liberar' esas vigilancias extra de la Policía Local, que además ve necesaria una ampliación de su plantilla para desarrollar sus funciones. No obstante, una de las incógnitas se encuentra ahora en cómo supervisará el Ayuntamiento la efectividad de las barreras, ya que el sistema de pago todavía no estará implantado y, de momento, tampoco ha definido si la gestión del espacio y del sistema saldrá a contratación o se realizará por parte del personal municipal.
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