Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Las 'arterias' de Vitoria requieren, como las del cuerpo humano, que un doctor las cuide y examine para garantizar su buen funcionamiento y prevenir achaques. El que atañe a las cañerías de una ciudad no es asunto baladí, y su mantenimiento y renovación, que el ... ciudadano no siempre advierte –salvo cuando se abren grandes zanjas– al tratarse de conducciones bajo tierra, prosigue año tras año con constantes trabajos para modernizar una infraestructura vital. Dentro de la red de 750 kilómetros de vasos que conducen el agua potable hasta el grifo de casa, uno de cada diez –el 13,3%– están construidos de fibrocemento (compuesto por cemento y fibras, básicamente amianto). Son 100 kilómetros de tubos que centran una de las labores de Amvisa, la sociedad municipal de aguas, que anualmente va reemplazándolos por otros de nuevos materiales.
Para ese centenar de kilómetros pendientes de cambio, «el plan es la sustitución de unos 15 al año», detalla Dionisio Claver, responsable de mantenimiento de la red de distribución de agua potable en la compañía local. A ese ritmo, la renovación se culminaría en un plazo aproximado de 7 años. El amianto, material de tuberías que se instalaron en muchos barrios vitorianos cuatro décadas atrás, tiene el problema de que se puede fisurar desprendiendo sus fibras, que es cuando puede resultar perjudicial. Por ello está planificado su progresivo reemplazo priorizando puntos «donde es necesario». Y es que la rotura de cañerías se ha reducido «drásticamente» con los años –en un cuarto de siglo se ha pasado de 3-4 mensuales a solo 6 al año– y las que quedan son las que están «en mejor estado». Las nuevas son de materiales como la fundición dúctil, «más duraderas». Otras son de fundición gris y polietileno (plástico).
El sistema por el que circula el agua potable tiene ya dos de sus tercios (600 kilómetros) modernizados gracias al mantenimiento que Amvisa lleva a cabo desde hace varias décadas. En ese sentido, Vitoria posee, «por calidad, una de las mejores redes de agua del país, así lo reconoce la ciudadanía. Y pese a la dificultad del momento, seguimos adelante con los proyectos de renovación», destaca la presidenta de la entidad municipal, la socialista Marian Gutiérrez. De cero a diez, la red de abastecimiento «tiene un 8,5 de nota. Estamos en el pelotón de cabeza. Y con planes de seguir renovando los barrios», constata Ángel Llamazares, gerente de Amvisa.
Mucho más complejo y caro es, por su parte, actuar en el otro sistema, el del saneamiento, con una longitud total de mil kilómetros. La diferencia con las tuberías de agua potable, donde el líquido va a presión, es que aquí las aguas se mueven por el efecto de la gravedad. Por ello las conducciones requieren diámetros mucho mayores. Esta red se divide entre 675 kilómetros de colectores unitarios (que recogen fecales y pluviales), otros 75 de colectores de fecales y 250 más de colectores de pluviales, detalla Javi Cobo, responsable del área de saneamiento de Amvisa. En materiales, el 80% de estos tubos son de «hormigón en masa o armado».
Noticia Relacionada
De ese millar de kilómetros de arterias de 'aguas negras' que atraviesan el subsuelo, «225 (75 de fecales y 150 de pluviales) corresponden en su gran mayoría a los barrios nuevos de la expansión de Vitoria y redes nuevas en pueblos del municipio, es decir, tienen menos de 20 años». Del resto (675 kilómetros), «se ha renovado el 8-10% en los últimos años, parte con zanja (a cielo abierto) y parte con manga autoportante». Esa última técnica, menos costosa y con menor impacto que agujerear el pavimento, consiste en introducir en el interior de las conducciones una manga de un material especial que forra las paredes interiores reforzándolas, «evitando que entren raíces de árboles (mal muy extendido en Vitoria) y haciendo que el agua corra más». En ese marco, la compañía pública tiene un plan con el que en los últimos años ha reforzado 11.000 metros de tuberías. «Vamos colocando unos 3 kilómetros de manga al año».
En el capítulo de obras, a las que Amvisa dedica 8 millones de euros al año, ahora están en curso el cambio de colectores de saneamiento en el centro, «casi finalizadas» y las del trazado del BEI, «al 85-90%». Se está actuando también en el barrio de Txagorritxu –abastecimiento y saneamiento– con labores que durarán 2 años; la calle Errekatxiki, con la reforma del abastecimiento que terminará antes de Navidad; y en Abetxuko (saneamiento). Y en unos meses entrarán las máquinas en El Pilar, donde se mejorará el saneamiento.
De su lado, entre las infraestructuras que Amvisa deberá renovar a medio-largo plazo está el anillo de abastecimiento que reparte agua potable por toda la ciudad, «una de las tuberías más grandes que tenemos». Si bien, la inversión más potente que la sociedad deberá afrontar se destinará a la depuradora de Crispijana, que tiene 34 años. «Vitoria no se puede permitir el lujo de tener depuradoras de más de 50 años y en los próximos lustros habrá que hacer una nueva», indica el gerente.
Amvisa incorporará desde marzo, dentro del nuevo contrato de alcantarillado, unos camiones de saneamiento que funcionarán con agua 'reciclada': es agua residual tomada de las propias tuberías de saneamiento que se pasa por una serie de filtros de los que disponen estos vehículos y se emplea para limpiar las conducciones. «Con ello se va a lograr minimizar el consumo de agua potable para la limpieza de los colectores de saneamiento», explica Javi Cobo, el responsable de la red de saneamiento de la compañía municipal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.