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Ahuyentar los malos espíritus. O dicho de una forma menos mística: proyectar una vida mejor y dejar atrás aquello que solo nos da quebraderos de cabeza. En esa amplia escala de aspiraciones se encuentran tantas opciones como experiencias personales. El caso es que este viernes – ... como manda la tradición– miles de vitorianos han vuelto a reunirse en torno al fuego para celebrar San Juan, la noche más corta del año y una de las más mágicas.
De nuevo, las llamas se avivaron en Lakua-Arriaga y, más tarde, en Judimendi. En el barrio de la zona norte fueron los primeros en prender esa pirámide de madera y cartón. Después en el barrio de Judimendi se encendían las diferentes 'antorchas' en su amplia plaza. «Bat, bi eta hiru, Aker, Aker», decía un animador vestido con túnica en Lakua a las nueve de la noche que daba vueltas en torno a una hoguera fijada junto al Centro Asturiano y delimitada por unas vallas.
En ese momento aparecía el macho cabrío de la mitología vasca (conocido como Akerbeltz) con unas antorchas por un lateral mientras la muchedumbre se agolpaba allí. «Pedazo de llama, ahí se va a quemar seguro todo lo malo», le decía una madre a sus hijas que guardaban en la palma de su mano un pequeño papelito con algo de nervios. En apenas unos pocos minutos la fogata alcanzaba unos tres metros de altura y hacía que sacaran su móvil para tomar un selfie.
En Vitoria Judimendi (22.00 horas). En Lakua-Arriaga (21.00, junto a los centros regionales).
Ayala Llodio (22.00, campa de San Juan en el barrio de Larrazabal). 'Akelarre' en Amurrio (parque Juan de Urrutia, 22.30). Artziniega (20.30).
Rioja Alavesa Labastida (20.39), Baños de Ebro (22.00), Oion (22.15) y Samaniego (19.30).
Si algo tiene esta celebración de bienvenida del verano es que acompaña al fin de las clases de muchos. Y, aunque el disfrute alcanza a todas las edades, había varios grupos especialmente animados. No tardaron en sacar de una mochila varios libros y cuadernos de un grupo de amigos del colegio Niño Jesús. «Hemos estudiado mucho y ahora hay que relajarse», decía Unai (12 años) mientras preparaba ese 'workbook' para la quema. A su lado, Eneko, Noa, Eder e Ibai protagonizaban esa escena tan de inicio de vacaciones. Aparte de los apuntes, ¿algún deseo? «Salud y dinero. Y no estudiar este verano», soltaba. A lo que Noa añadía: «Y bienestar». La feria instalada en el barrio, con una noria, coches de choque y puestos de venta de complementos y de comida servían la ruta de muchos. La alcaldesa Maider Etxebarria estuvo presente en el 'prendido' junto a sus concejales Borja Pascual y Pascual Borja. En la ermita del segundo barrio más poblado de la ciudad también se ha llevado a cabo la recepción de las autoridades en la ermita juradera.
Aunque Lakua y Judimendi comparten festividad, esos saltos no aptos para cardiacos, se pueden establecer algunas diferencias de público. Mientras que las familias con pequeños predominan en Lakua, las ganas de alargar la fiesta se hacen sentir especialmente en Judimendi, cuya celebración es un imán para la juventud. En eso de los deseos que se quemaron, muchos eran secretos. En otros casos se notan las ganas de hacerlos públicos cuando se preguntaba por ello. Rosalía Gómez de Segura, treintañera, hablaba de sus preferencias para las elecciones que se celebran en un mes. ¿Algo más pone en el papelito? «Que los precios de la vivienda sean asequibles y comprarme una casa», pedía antes de tirarlo a una hoguera de Judi.
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