Nueva 'metamorfosis' en la sociedad municipal Ensanche 21. El ente, que reemplazó su misión original de trabajar en la expansión urbanística de los nuevos barrios por la de impulsar la rehabilitación de viviendas, afronta ahora otro cambio de rumbo en el que se plantea ... dejar de otorgar subvenciones a la renovación de pisos y conceder préstamos en su lugar. De fondo está la situación de colapso económico de la entidad municipal con el atasco de las ayudas a la rehabilitación registrado en los últimos cursos bajo la presidencia del alcalde Gorka Urtaran en la sociedad. La falta de fondos obligó a suprimir la convocatoria de subvenciones en 2019, y tampoco se ha aprobado aún la de 2020.
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Esa «revisión» del modelo de Ensanche 21 para impulsar actuaciones como instalaciones de ascensores o renovaciones de fachadas se puso encima de la mesa -por medio de la ahora presidenta de la entidad, la concejala peneuvista Ana Oregi- en el consejo del pasado mes y está pendiente de las propuestas del resto de grupos. Con «prioridad» para las rentas más bajas, la nueva fórmula consiste en conceder «préstamos por parte hasta el 100% del coste total de la rehabilitación, incluyendo proyecto, tasas, impuestos y otros posibles gastos», explicó entonces el gobierno municipal. Con ese nuevo rumbo se busca «llegar a las personas que más lo necesitan y centrarse en rehabilitación de edificios que requieren de mayor urgencia».
Un cambio de criterio que supone «cargarse las ayudas a la rehabilitación», denunció ayer el grupo del PP. «Hasta ahora estas subvenciones se otorgaban a fondo perdido, pero el PNV pretende transformar Ensanche 21 en una especie de banco que concede créditos con avales hipotecarios», criticó el concejal Miguel Garnica, que pide al gobierno que dé marcha atrás. Su grupo presentará una enmienda a la totalidad a la propuesta y ha pedido un informe jurídico ante las «dudas» sobre la viabilidad y la legalidad de esos préstamos. El cambio, lamentan, supone una «muy mala noticia» en la actual crisis ya que la rehabilitación, «además de su función social, sirve para dinamizar la economía».
Desde el Gobierno municipal argumentan que en los últimos años no se han llegado a reformar los inmuebles en peores condiciones. El Ayuntamiento «no dispone de fondos suficientes» para abordar, solo con ayudas, la degradación de zonas como el casco medieval. La nueva norma «priorizaría las situaciones de vulnerabilidad que dificultan la actualización y mantenimiento de los edificios, que llevan a una degradación del patrimonio municipal y repercuten de forma negativa en las condiciones de vida del barrio y la ciudad», razona Ana Oregi.
El atasco de las ayudas en Ensanche 21 -en situación de extrema debilidad financiera como le ocurre a Tuvisa- provocó un nuevo choque entre el equipo de gobierno y el PP. Estos últimos afirman que están pendientes de pago «3.950.000 euros según el informe anual de cuentas de Ensanche 21». Para 2020 «el presupuesto previsto era de 1,5 millones pero solo han transferido 280.000 euros». La formación reclama «como mínimo» 2 millones para ayudas este año en el marco del grupo de trabajo para la recuperación económica de Vitoria, que ayer tuvo su segunda reunión.
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El Gabinete Urtaran reiteró que las ayudas se siguen pagando. Sobre los 3,9 millones, se van abonando a medida que se van certificando los fines de obra y la sociedad dispone de fondos. En noviembre se aprobó el pago de 431.000 euros. Para este año, «se han transferido 500.000 euros a Ensanche 21 y con ese dinero se van pagando las ayudas pendientes».
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