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Desde hace más de un año las denuncias se acumularon en cuarteles de la Guardia Civil y en comisarías de la Ertzaintza. Siempre la misma cantinela. Un camionero al que desconocidos le habían rajado la lona o forzado la puerta de su remolque durante un ... descanso en un área de servicio o en una gasolinera. Aragón, Navarra, Castilla y León y Álava concentraban las denuncias. La factura de los desmanes había alcanzado las seis cifras.
Un cargamento de productos de una conocida marca cerca del polígono industrial de Subillabide; un millar de bobinas de cobre en la autovía de Burgos; unos 250 grifos de máxima calidad en la antigua N-1, a la altura de Araia; o unas sacas de Correos en Alsasua; son las últimas fechorías notificadas a las autoridades. Las alertas sobre la voracidad de estos ladrones de carretera alcanzaron hasta la muga de Aragón con Cataluña. A más de 400 kilómetros de Vitoria.
Las cámaras de seguridad de las áreas de servicio donde ocurrieron éstas y otras sustracciones comenzaron a señalar la misma furgoneta. Una Mercedes Sprinter apareció en varios escenarios. En alguna grabación incluso se atisbó cómo desconocidos presuntamente introducían mercancía sustraída con nocturnidad y alevosía. Las diferentes, y laboriosas, investigaciones desde Vitoria –a cargo del Sicta, una unidad especializada de la Ertzaintza–, Pamplona y Zaragoza –ambas del instituto armado– culminaron hace escasas fechas en el mismo punto;unos conocidos apartamentos de Salburua.
en un pabellón
«Todos residían en la misma vivienda. Era su base, donde descansaban», deslizan fuentes internas del Sicta. Poco a poco, los discretos seguimientos quitaron la careta al grupo, cuyo cabecilla se habría valido de un documento de identidad falso para registrarse. Eran seis inquilinos, todos de origen magrebí. «Salían temprano y volvían tarde».
Usaban varios vehículos. La furgoneta, un utilitario y también un deportivo de alta cilindrada. «Había jornadas que hacían más de 500 kilómetros entre idas y venidas», aportan estos medios.
Antes de ir a por ellos quedaba por descubrir donde guardaban sus botines, valorados en «miles de euros». Por ahora se desconoce el número total de trailers asaltados en los últimos meses, «pero teniendo en cuenta que salían a la carretera prácticamente a diario podrían ser decenas». El cotejo del botín recuperado y, quizá el testimonio de alguno de los sospechosos, ayudará a cuadrar una cifra redonda.
El caso es que los seguimientos llevaron a los investigadores hasta Oreitiasolo. A un pabellón de trasteros. Los miembros de esta banda habían alquilado hasta tres dependencias. El cabecilla se valió de documentación falsa para registrarse. Hace un puñado de días de este descubrimiento vital en la investigación, prolongada durante meses.
Con ese último dato, gerifaltes de la Ertzaintza y la Guardia Civil pactaron una intervención conjunta. Tras obtener el beneplácito de juzgados de Navarra, Zaragoza y Vitoria, miembros de la unidad de Intervención de la Policía autonómica actuaron en la madrugada de ayer, miércoles. Atraparon a los asaltantes cuando regresaban al apartamento de una de sus largas 'jornadas laborales'.
Durante el día de ayer, miércoles, se sucedió una frenética carrera de registros. En los almacenes de Oreitiasolo se hallaron «cientos de productos robados». Cremas, maquillajes, sudaderas... Todos de primeras marcas y valorados en «miles de euros». En el apartamento se localizó más mercancía robada. Hoy o mañana, los sospechosos pasarán a disposición judicial.
Debido al volumen de objetos incautados y al grave riesgo de fuga, todo indica que la autoridad judicial decretará su ingreso preventivo en la prisión provincial de Álava.
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