El Ayuntamiento de Vitoria empieza a asumir que deberá gestionar el amianto que se produce en la capital alavesa. Así lo ha reconocido este jueves el equipo de gobierno municipal (PSE-PNV), que ha suavizado el «rechazo» frontal que exhibió hasta hace sólo unas semanas ... a la entrada de fibrocemento y ha admitido que es más un «problema» de la ciudad que del Gobierno vasco. Se trata de un cambio relevante en el discurso tras el largo tira y afloja que ha mantenido la Administración local con la consejera Arantxa Tapia. Pero a día de hoy, es el único. El Ayuntamiento no sabe cómo procederá a su retirada ni dónde depositará este residuo, catalogado como «peligroso».
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El Gabinete Etxebarria ha hecho una especie de ejercicio de malabarismo entre la negativa a introducir este residuo en el vertedero municipal, en la que había un consenso total en el Pleno, y determinar la solución que adoptará para darle otra salida. Por un lado, el concejal de Limpieza, Pascual Borja (PSE), ha insistido en que «Gardelegi no se va a ampliar ni va a cambiar su categoría de vertedero de resiudos no peligroso». Sin embargo, acto seguido ha reconocido que el fibrocemento «no tiene alternativa que depositarlo en vertederos».
«Hay que ver alternativas. Son residuos que están y son de Vitoria», ha concluido el edil. Esto implica que el Consistorio deberá buscar una nueva solución antes de 2028, donde está fijada la fecha límite para que la capital alavesa gestione su propio amianto, ya sea en forma de nueva infraestructura o de una nueva solución pactada con el Gobierno vasco.
El primer paso que debe dar el Consistorio pasa por realizar un inventario del volumen de amianto que existe en Vitoria. Según ha explicado Borja, se trata de un trámite clave para «partir de un diagnóstico para ver cuál es la dimensión del problema» y buscar la solución a futuro. El posicionamiento del equipo de gobierno, sin embargo, no ha contentado a los grupos de la oposición, que han pedido una postura clara para la gestión del amianto.
Uno de los principales cambios con respecto a las anteriores ocasiones en las que el amianto llegó al Pleno se encuentra en que los grupos no han logrado acuerdo alguno para «rechazar» de forma explícita la entrada de fibrocemento a Gardelegi. El equipo de gobierno ha evitado el término en su texto y las formaciones de la oposición (EH Bildu, PP y Elkarrekin Podemos), que sí la respaldaban, no han llegado al entendimiento. A pesar de que las mociones del Pleno son más posicionamientos políticos que decisiones vinculantes, refleja el vuelco que ha dado la cuestión en el Consistorio y las distancia que se ha aumentado entre los grupos de la oposición.
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«No figura el rechazo por ningún lado, y el PSE le ha comprado el relato al PNV», se lamentaba el concejal Alfredo Iturricha (PP), quien ha asegurado que «hay motivos muy grandes para la preocupación», en relación a la posible entrada de amianto en Gardelegi.
Por su lado, EH Bildu ha afirmado quedarse «perplejo» ante la dualidad que observa en el equipo de gobierno. «Dicen que Gardelegi no va a cambiar ni ampliar. Entonces, ¿cómo van a atender a eso (dar salida al amianto)? Dicen una cosa y la contraria. Y la que pierde es la ciudadanía porque no está clara la postura del gobierno municipal», ha dicho la concejala Amancay Villalba. Elkarrekin Podemos, mientras tanto, ha advertido de que el amianto «debe depositarse en plantas autorizadas», y «de la cercanía de Gardelegi respecto a la ciudadanía».
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