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Ander Carazo
Martes, 5 de septiembre 2017, 03:39
El pleno municipal estudiará en una próxima sesión la petición de cambiar el nombre del barrio de Coronación por Errota, ‘molino’ en euskera, en referencia al que había en la plaza de Santo Domingo. EH Bildu será el encargado de trasladar esta petición impulsada por ... la asociación Errota Zaharra y, de momento, es el único grupo municipal que la respalda sin ambages. «Es una denominación que ya utiliza mucha gente de la zona», justifica Félix González, concejal de la coalición abertzale.
El líder vecinal César Caño recuerda que la denominación actual está relacionada con la Coronación de la Virgen Blanca en 1954 como patrona de la ciudad. «Hoy en día en nuestras calles hay distintas culturas y religiones. Es mejor no hacer referencia a ninguna», apunta. Fuentes del PNV explican que, de momento, no han recibido ninguna petición al respecto y que cuando se tramite «se procederá a su análisis», pero consideran que en estos momentos no es un «tema prioritario» cuando el barrio se encuentra pendiente del proyecto europeo de rehabilitación ‘SmartEnCity’ para mejorar la eficiencia energética, la movilidad sostenible y el uso de las tecnologías de la información.
«No es el momento adecuado para plantearse ahora un cambio de nombre del barrio», coincide el socialista Peio López de Munain con sus socios de gobierno. «No vemos motivo para cambiar el nombre de Coronación. Si el argumento es su referencia a la patrona de la ciudad, ¿qué va a ser lo próximo? ¿cambiar el nombre a las fiestas de la Virgen Blanca?», cuestiona, a su vez, el edil del PP Iñaki García Calvo.
Pero la idea de rebautizar Coronación como Errota tampoco ha convencido a Podemos e Irabazi, dos fuerzas políticas más proclives a este tipo de iniciativas. Ambas coinciden en que se necesita comprobar que existe un apoyo popular para hacer una modificación de este calado. El portavoz de la formación de los círculos, Jorge Hinojal, incluso propone la celebración de una consulta popular que determine la postura de los ciudadanos.
¿Y si se le cambia el nombre qué pasaría con barrios como El Pilar, San Cristóbal o San Martín? «Tenemos los nombres que tenemos. Tampoco hay que volverse loco con la laicidad», alega Hinojal.
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