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La Asociación de Bodegas de Euskadi (ABE) ya ha comenzado a utilizar su nuevo nombre sin la identificación de la comarca Rioja Alavesa en el mismo. Pero este polémico cambio en la nomenclatura, aprobado el pasado 15 de abril en una asamblea en la que ... solo acudieron 20 de las 110 firmas asociadas –y en la que votaron a favor 11–, tendrá que ser sometido a refrendo en una nueva convocatoria. Existe ya un importante número de bodegas en contra de esa decisión tomada «por una minoría» y quieren, al menos, tener la oportunidad de volver a votarla y si suman los votos suficientes poder dar marcha atrás al cambio.
La asamblea aún no ha sido convocada y en principio será la junta directiva quien dé ese paso. Eso sí, obligada por buena parte de los socios de ABE, antigua ABRA, que ayer forzaron la reunión extraordinaria. Si bien, la directiva se limitó a comunicar que la asistencia fue «buena» y que los asociados «han respetado el trabajo de la junta y las decisiones adoptadas por los órganos de dirección». Estas consideraciones, sin embargo, sorprendieron a varios de los asistentes, según confirmaron a EL CORREO.
Entre 70 y 80 bodegas acudieron a este encuentro «informativo», el primero del colectivo tras el polémico cambio de nombre. «No sé si recuerdo alguna reunión de ABRA con tanta gente», era el comentario generalizado entre muchos viticultores.
La «falta de información» fue la principal queja trasladada por la mayoría de los asociados, que también reconocieron que la asamblea del 15 de abril fue «convocada correctamente» y asumieron su error por «no haber acudido entonces».
Pero un cambio de este calado en el colectivo, que modifica su ámbito de actuación y abre la puerta a la incorporación a la entidad de las bodegas de txakoli que ahora producen bajo las denominaciones de Álava, Bizkaia y Getaria, «tenía que haber sido mejor explicado y con más tiempo».
¿Qué hay detrás de la decisión de prescindir de Rioja Alavesa en el nombre? «Ganar peso e identidad» para ser «más fuertes» como Asociación de Bodegas de Euskadi volvió a ser el argumento ofrecido por la junta, así como otro de índole económico: que las ayudas públicas que puedan llegar desde el Gobierno vasco o las diputaciones forales sean mayores. Pero esta posibilidad ni mucho menos está confirmada.
De hecho, el cambio de nombre y la manera en la que se ha gestado no ha gustado ni a la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ni al diputado general, Ramiro González, que tildaron de «incomprensible» el cambio de nombre por renunciar a la marca Rioja Alavesa. En la misma línea se han manifestado, en privado y en público, numeroso bodegueros en estas tres últimas semanas y por ello ayer reclamaron a la junta de ABE una nueva asamblea. El compromiso de la asociación es, a priori, convocarla.
Cambio. 11 de los 20 asistentes a la asamblea votaron en abril a favor de llamarse Asociación de Bodegas de Euskadi en lugar de Bodegas de Rioja Alavesa.
Sorpresa institucional. Ni el Gobierno vasco ni la Diputación lo ven con buenos ojos.
Reunión informativa. Unas 80 bodegas asistieron a la cita de ayer, más multitudinaria que nunca.
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