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No son tiempos fáciles para quienes se ganan la vida en el campo y encima este año se ha sumado la pandemia, que ha «rematado» al sector primario en un curso en el que los trabajadores ya venían «calentitos» por problemas como la competencia de ... productos extracomunitarios, ataques del lobo... Así lo recuerda Javier Torre, presidente de la Unión Agroganadera Alavesa, UAGA.
- Desde que llegó al cargo el año pasado le está tocando afrontar una etapa con muchas complicaciones para el sector.
- Ha sido un año muy difícil. Empezamos con caídas de precios y movilizaciones a nivel estatal por lo que se paga en origen a los productos agrícolas. Ya veníamos 'calentitos'. A eso se suman los ataques de los lobos, los problemas para comercializar diferentes cultivos... Cada día hay problemas y nuevos retos. En el sindicato no hay tiempo para aburrirse.
- Y encima llegó el virus.
- El coronavirus ha sido el remate a un año que ya venía muy complicado. Es duro porque hay que hacer un montón de cosas y muchas veces no sabes cómo afrontar los problemas, que son muy cambiantes.
Agua y plan de regadío «Es fundamental si queremos cambiara un modelo de agricultura más familiar»
Contagios entre temporeros «La diferencia de Álava con otras regiones es que allí están más personas y por más tiempo»
Competencia «Pedimos que todo lo que venga del exterior cumpla lo mismo que nos exigen a nosotros»
- ¿Cómo hace frente el agro alavés los efectos de la pandemia?
- Aparte de la pandemia, nos ha afectado muchísimo el precio. Tanto en el vino, donde se prevé una caída fuerte, porque no ha habido consumo, como la leche. Incluso, los cereales han podido bajar un 25-30%. Estamos un poco en una caída generalizada, en nerviosismo por parte de todos. Después del pico de la pandemia han seguido bajando. Es una situación difícil y sin visos de cambiar. No se sabe qué va a pasar y no hay ninguna garantía. Y eso en mitad de la negociación de la PAC... Todo se está uniendo y hay incertidumbre en el sector.
- La vendimia es uno de los retos más inmediatos. ¿Qué le parecen las medidas para intentar prevenir contagios?
- Esas medidas han sido consensuadas en cierta medida con nosotros y creo que de entrada no son malas. No sabemos qué va a pasar de aquí a un mes, todos los días cambian las cosas y lo que hoy parece que está bien, mañana no sirve. Se intentará que las cuadrillas no se mezclen, que viajen en los mismos coches, que vayan a las mismas fincas y se alojen en los mismos sitios. Tener un registro de toda la gente que viene para saber quiénes son y con quién han estado.
- ¿Qué pasará si hay algún positivo?
- El afectado tiene que ir a aislamiento y la cuadrilla que esté con él debe ir a otro sitio para guardar cuarentena. Eso tiene que ser en hoteles o centros que más o menos están adjudicados y eso es lo que tenemos que tener preparado de antemano. Intentar, lo más rápido posible, aislar a un mayor número de gente cercana para que no se pueda extender a otra cuadrilla. Y al viticultor que se le ha retirado esa cuadrilla habrá que buscarle otra para sustituirla.
- ¿Cómo se suplirá, en caso de algún contagio, a ese personal en cuarentena?
- Se prevé tener una reserva de gente para llamarles y que la sustituyan. Otros años era más sencillo. Suele venir más gente y se coge a personas de diferentes cuadrillas para hacer otra más pequeña si se necesita y se sigue vendimiando. Pero este año no es bueno mezclar a las cuadrillas.
- Las condiciones de temporeros en otras regiones han generado muchos rebrotes. ¿Puede reproducirse en Rioja Alavesa?
- Intentaremos que no pase aquí. Aquí están registradas muchas de las casas donde se alojan, suele haber menos temporeros y mucho menos tiempo. No es lo mismo una campaña de un mes como mucho, que de 2-3 meses como en Lérida o Aragón. Cuanto más se alarga el tiempo, más fácil que ocurran casos. Esperemos que aquí no lleguemos a eso.
- ¿Cómo será la calidad uva?
- Este año ha habido muchísima enfermedad, ha sido muy difícil de controlar y ahora mismo estamos con un adelantamiento de la vendimia. Con lo cual, en principio, se prevé de buena calidad. Pero los últimos días son muy importantes. Va a haber sitios donde por el mildiu y el oídio la cosecha no será tan excelente, pero en general será de calidad.
- El embalse de Barrón y la demanda de regadíos es otro de los 'frentes' abiertos.
- Estamos preocupados de verdad por el agua. Todo el mundo está centrado en una balsa cuando es una pequeña parte de un plan de regadío mucho más extenso que lleva 30 años para hacerse. El agua es muy importante. Si no hay, no habrá cultivos alternativos y si queremos ir a un modelo de agricultura cada vez más familiar, sin depender de nadie, eso es fundamental.
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Saioa Echeazarra
- También le inquieta la negociación de las ayudas europeas.
- Preocupados tenemos que estar cuando se nos dice que como mucho van a sacar lo mismo que hace 7-8 años, con lo cual el IPC lo hemos perdido. Encima, a repartir entre más. Y aquí nadie habla de esto. Hay miedo. Siempre somos la moneda de cambio. Somos un sector clave que como desaparezcamos puede empeorar la salud y la alimentación. Porque ahora la comunidad europea es la que produce los alimentos más sanos del mundo. Queremos ser los que mejor hacemos las cosas, pero si luego no existen agricultores y ganaderos para hacerlas, es complicado.
- Precisamente denuncia la competencia de productos extracomunitarios más baratos.
- Es de los mayores problemas. Pedimos que todo lo que venga del exterior cumpla lo mismo que nos exigen a nosotros. En otros países se usan productos como el lindano, que aquí lleva año prohibidos, mano de obra explotada... Competir con algo así es muy complicado.
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