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«La violencia de género impacta en los menores de forma integral y les roba su infancia, pierden la confianza con el mundo». Este ha ... sido uno de los mensajes más potentes y concisos que ha trasladado este viernes Montse Plaza, doctora en Psicología social y psicóloga sanitaria especializada en atención a las violencias machistas, maternidades y crianza, en el Palacio Europa. Allí se han reunido más de 300 profesionales durante la jornada 'Visibilizar para reparar' organizada por el Ayuntamiento de Vitoria con el objetivo de mostrar la realidad de los niños y adolescentes que conviven en contextos de violencia de género.
Plaza ha hecho un repaso por todas las consecuencias que la violencia de género tiene en los menores. En primer lugar las vivencias que sufren: «ideas de destrucción, impotencia, culpa, sentimientos de pérdida y traición, desconfianza en el mundo adulto, estigmatización y sexualización». A nivel emocional puede provocar estrés postraumático, mutismo selectivo, alteraciones del sueño, pesadillas, miedos, inseguridad o agresividad.
En el caso del contexto escolar, se pueden observar problemas de aprendizaje y dificultades de concentración. «Aquí debemos estar atentos porque se puede producir un descenso del rendimiento académico pero también todo lo contrario: la excelencia académica. Para los menores que son víctimas de la violencia en su entorno, la escuela puede convertirse en su burbuja de seguridad. Y esto es algo que muchas veces se pasa por alto», ha alertado la experta.
Una situación de violencia hacia la madre también puede provocar que niños y adolescentes adopten roles que no les corresponden, por ejemplo, de cuidadores o de mediadores en el conflicto. También puede darse el caso de una «hiperexigencia brutal» con ellos mismos para intentar ser perfectos y así que la violencia pare.
Más allá de todas estas cuestiones, las agresiones machistas también impactan en el vínculo maternofilial. Y eso es algo que puede producirse ya desde el embarazo, cuando el bebé ni siquiera ha nacido. «En un contexto de violencia hay dificultades para generar un vínculo seguro y aumenta el miedo de la madre a hacerlo mal. Se rompe el espacio de seguridad entre madre e hijo y se genera una sobrecarga todavía mayor en la madre», ha explicado la psicóloga.
Tras su intervención ha sido el turno del psicólogo y coordinador del Servicio de asistencia psicológica a menores víctimas de violencia de género en Castilla La Mancha, Pablo Nieva, que ha impartido una ponencia bajo el título 'La violencia continúa tras la ruptura: efectos de las visitas en los niños y en las niñas'. La jornada se completa con una mesa redonda sobre cuál debe ser el futuro en esta materia. En ella participan la pediatra Ainhoa Zabaleta; la representante del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, Mariví Fernández; la fiscal de violencia de género, Camino Méndez; la psicóloga del Servicio municipal de Infancia y Familia, Iratxe Porras; y la responsable del grupo de Violencia machista de la Policía Local, Jennifer Gómez.
El concejal de Políticas Sociales, Lucho Royero, ha sido el encargado de inaugurar esta jornada haciendo un llamamiento a la colaboración y coordinación entre todos los agentes implicados en esta problemática social. Royero ha puesto el foco en la necesidad de «enfocar los procesos a la recuperación, reparación y empoderamiento» para una vida libre de violencia de género y en la importancia de «visibilizar» esta dura realidad para avanzar en la recuperación de las víctimas.
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