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¿Podría usted sacar tiempo para viajar 32 veces a la Luna? ¿O para escalar más de 30 veces el Everest? Pues bien, este es el tiempo, más o menos, que un usuario medio dedicará en su vida -al menos si mantiene el ritmo acutal- ... a ver vídeos en una plataforma como YouTube, la reina del formato. Se le dedican nada menos que 40 minutos diarios. ¿Y qué es lo que consigue que 28 millones de españoles entren cada día en esta burbuja? Lo logra una plataforma en la que personas a priori anónimas comparten sus vivencias, creaciones artísticas y opiniones de forma dinámica. Buscamos a los alaveses con más seguidores en la aplicación, nuestros 'influencers' más exitosos. ¿Se ganan la vida con ello? Nos lo explican.
Leroy Sánchez
YouTube apenas había soplado las dos velas cuando Leroy Sánchez comenzó a subir sus primeros vídeos. Lo hacía en su cuarto, delante de una cámara que ponía encima de varios libros apilados porque «no tenía ni trípode», recuerda de aquellas primeras grabaciones. Sus vídeos, en los que «cantaba sin truco ni cartón», fueron perfeccionándose hasta que un productor musical llamó a su puerta y lo convirtió en estrella. Dejó atrás su ciudad natal, Vitoria, y aterrizó en un nuevo mundo: Nueva York. En tres años, una nueva vida. Un nuevo desafío.
Porque esta plataforma, confiesa, «ha cambiado por completo» su vida. Lo que al principio era un hobby, finalmente se ha convertido en una profesión. «Son meses e incluso años de dedicación para crear una obra de arte». Se refiere a los discos que ahora graba con esa discográfica. Un resultado final que nada tiene que ver con lo que hacía en sus orígenes. «Son como el día y la noche», compara. «Al principio eran vídeos bastante simples y ahora son discos donde todo está más pensado, mucho más profesionalizado», argumenta tras tener, solo en su versión de 'Hello' de Adele más de 47 millones de visualizaciones. O lo que es lo mismo, toda España la habría visto al menos una vez.
David Varas
Varas es el vocal de la Orquesta Ingenio. Los inicios de este vitoriano de 29 años en el mundo de la música también van de la mano de YouTube, cuando en 2012 comenzó a subir «versiones propias de otras canciones». Confiesa que de todas aquellas las que «más éxito tenían eran las de Disney», aunque fue 'It's my life', de Bon Jovi, la canción con la que consiguió «despuntar». Pero no puede bajar la guardia. Mantener una cuenta activa necesita «entre tres y cuatro horas diarias». Y eso únicamente en la grabación de las canciones, a las que hay que sumar otras tantas de edición.
El contenido con el que actualizaba su cuenta, en su etapa más activa, partía de «las sugerencias» de sus seguidores, una práctica muy común entre los 'youtubers'. Aunque, de todas las propuestas que le llegaban confiesa que trataba de decantarse por aquellas que «más se acercasen» a su estilo musical, un registro muy cercano al «pop». Sin embargo, también se puede encontrar alguna rockera, porque en la vida el éxito se esconde detrás de la versatilidad.
Aizea Gallagher
El principal objetivo que persiguen la mayoría de los 'youtubers' es ganar seguidores, lo que a partir de ciertos umbrales también se traduce en dinero. «Llegué a ganar 4 dólares por cada 1.000 visitas», confiesa Aizea Gallagher, vitoriana de 24 años que lleva desde 2011 en esta plataforma. A primera vista podrá parecer una cantidad muy baja, pero si se tiene en cuenta que esta vitoriana llegó a tener 300.000 usuarios, la percepción cambia. «Con esos ingresos superaba incluso el sueldo de mi padre», apunta en una comparativa de nóminas a final de mes. ¿Y qué es lo que hacía? Explotaba otro de los clásicos de esta red. Subía vídeos en directo de sus partidas de videojuegos. Pero, esa etapa pasó a formar parte del pasado cuando decidió dar un vuelco radical a su canal. Comenzó a grabar vídeos «más naturales» en los que poder «dar opiniones personales». Porque, como ella celebra, «ahora tengo un puesto de trabajo en una tienda de tatuajes y no dependo de YouTube para ganar dinero».
Una elección que será difícil de entender para muchos, pero de la que ella se muestra feliz: «En mi primera cuenta necesitaba 5 horas diarias para rodar y otras 10 para editar», recuerda. Y así, todos los días de la semana. En aquel momento no había muchos jugadores que despuntaran en la plataforma. Uno de ellos, con quien todavía guarda amistad, es 'El Rubius', ahora el 'youtuber' más famoso. «Suelo ir a Madrid a visitarle», desliza. Unos viajes que, sin embargo, a veces preferiría no hacer. «Veo como vive y me arrepiento de haberlo dejado», lamenta. Entonces, ¿por qué lo hizo? Fue lo que le aconsejaron cuando empezó la carrera de magisterio: «Puede manchar tu imagen de profesora en un futuro. Y ahora, mírame, ni profesora, ni 'youtuber'», bromea Aizea.
Aitor Pérez
En un momento dado, la política de YouTube tomó un vuelco radical. Los ingresos disminuyeron y ahora «apenas se ganan 5 euros por cada 3.000 visitas», comenta Gallagher. Una situación de la que, en cambio, sí sacó provecho Aitor Pérez. Los más fieles a su cuenta habrán notado un cambio en el contenido que vuelca este vitoriano de 21 años. «Empecé hace seis años compartiendo vídeos sobre mis partidas y ahora estoy volcado en dar mi opinión sobre 'vapers'», los cigarrillos eléctricos que cada vez se ven con más frecuencia en marquesinas, parques y hasta en las terrazas de los bares. Un giro que realizó hace un año y con el que ha conseguido aumentar el número de visitas y patrocinadores. «Ahora gano un poco, sí, pero seguiré dando mi opinión, guste o no a las empresas», promete.
En sus manos, eso sí, tuvo la oportunidad de firmar un contrato con el que hubiese ganado «cuatro cifras largas» de sueldo. Finalmente no existió tal rúbrica en negro sobre blanco. ¿Qué es lo que tenía que hacer? Promocionar los nuevos preservativos de una conocida marca, pero la vergüenza -«también tengo de eso», admite- y las dudas sobre el contenido de vídeos de ese tipo le empujaron a levantarse de la mesa y abandonar la reunión.
Sara Baceiredo
Uno de los aspectos a los que deben hacer frente diariamente los 'youtubers' son las críticas. Sara Baceiredo, de 19 años, asegura que estos no le «afectan» porque sabe el esfuerzo que hay detrás de cada vídeo que sube: «No me paro a analizar las críticas, porque yo sé que le he puesto mucho empeño y cariño», razona esta 'youtuber' que comparte vídeos sobre moda y entretenimiento. Unos consejos que pronto despertaron el interés de muchos seguidores, cerca ya de 324.000.
Esta vitoriana, que lleva cuatro años en YouTube, apostilla que «primero se graba el contenido sin voz y luego se añaden los comentarios a la imagen». Y, al igual que todos sus compañeros, ella seguirá durante mucho tiempo nutriendo a YouTube con más vídeos, porque por su cabeza «nunca ha pasado la idea de dejar este mundo», concluye.
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