Víctimas de ETA piden al Ayuntamiento que «actualice» las placas de Vitoria

Los distintivos se aprobaron -no sin polémica- con el popular Alfonso Alonso y fueron colocados ya en la etapa del socialista Patxi Lazcoz. A pie de acera en cada lugar de los atentados. Contenían el nombre de la víctima, la fecha del crimen, el logo municipal y un poema ligado a la libertad. Nada más. Quince años después, la mayoría de estos recordatorios lucen un deterioro máximo. Y resultan invisibles para el peatón, que pasa por encima sin percatarse de su valor.

Según ha sabido este periódico, tres asociaciones se han dirigido al Gabinete Urtaran para que se actualicen estas placas distribuidas por todo el municipio. En julio, representantes de la Fundación Fernando Buesa, Covite y Gogoan le solicitaron en persona «contextualizarlas».

Es decir, incluir información sobre qué les ocurrió y quiénes eran. También le instaron a darles mayor visibilidad, con la colocación por ejemplo en pedestales como ocurre con las placas de víctimas franquistas inauguradas hace unos años por su gabinete. Desde el gobierno municipal les citaron para otra reunión que, en teoría, se desarrollará antes de que acabe el año y se presume definitiva.

«No se sabe quiénes son esas personas. Si uno que nació ahí o alguien a quien le atropelló un coche», critica Ana Velasco, hija de Jesús Velasco Zuazola, el jefe de Miñones acribillado en la calle Ramiro de Maeztu tras dejar en el colegio a dos de sus pequeñas y dos amigas. Esta familia tuvo que abandonar Euskadi. Su mujer, Ana María Vidal-Abarca, fallecida en 2015, fue una de las fundadoras de la Asociación Víctimas del Terrorismo.

«En Madrid colocaron una placa de recuerdo en la fachada de su casa donde se explica quién fue», ahonda Ana, muy crítica con «la campaña de blanqueamiento que intentan imponernos», en referencia a los homenajes que engloban a víctimas de ETA con otros asesinados. «La realidad debe ser recordada tal y como pasó. No difuminemos», reclama Eduardo Lázaro, primogénito de Eugenio Lázaro, jefe de la Policía Local y víctima de ETA en 1980.

De 1978 a 2000

El propósito de estas asociaciones pasa por que la ciudadanía conozca que en Vitoria se cometieron 28 asesinatos a manos de etarras. El primer crimen data de marzo de 1978: los policías Miguel Ángel Raya, Joaquín Ramos y José Vicente Del Val fueron acribillados en la calle Reyes de Navarra. Del último ayer se cumplió el vigésimo segundo aniversario. Una bomba-lapa acabó con la vida del funcionario de prisiones Máximo Casado.

Entre las víctimas -todos hombres- hay policías nacionales, el entonces jefe de la Ertzaintza, un autónomo, un panadero, el secretario general del PSE Álava y su escolta o un jubilado. Ocho crímenes permanecen sin resolver.