La vulnerabilidad de las prostitutas que se encuentran en las rotondas es mayor. rafa gutiérrez

«La víctima no va a venir a denunciar, por eso acudimos donde están ellas»

El equipo de Trata de Seres Humanos de la Ertzaintza visita cada lugar en que se ejerce la prostitución. Son los ojos que detectan delitos

Domingo, 5 de junio 2022, 00:36

En la Ertzaintza se percataron de que la única manera de traspasar el manto de silencio que envuelve la prostitución era acudir a cada punto donde se ejerce. De esa delicada labor se encarga el equipo de Trata de Seres Humanos (TSH). En Álava lo ... componen dos agentes. Virginia, y Berón. Son los ojos de la Policía autonómica donde no entran los uniformes.

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«La víctima no va a venir a denunciar, por eso vamos donde ellas. Estamos con ellas, hablamos con ellas, intentamos ganarnos su confianza y normalizar el contacto», explica Virginia. Gracias a esa labor de paciente siembra, este binomio ha compuesto una perfecta radiografía de lo que ocurre en la capital alavesa, único municipio de la provincia donde se da este fenómeno de manera habitual.

«La primera frase que les decimos es '¿qué necesitas?'», abunda esta ertzaina especializada. El suyo es un trabajo de pequeños avances. Eso sí, desde el primer día les entregan un folleto de ayuda. Hay versiones en castellano, euskera, francés, inglés, rumano, portugués, chino y árabe. Menos de un 5% de estas personas son autóctonas.

«Les explicamos que estamos para ayudarlas y protegerlas. Nos preocupamos por ellas y enseguida lo perciben», dice la agente Virginia. «Si la prostitución es voluntaria y no hay indicios de lo contrario, nada puede hacerse porque estamos sujetos a la normativa», asume el comisario Iñaki Arteaga. No obstante, esta vigilancia permite «iniciar otras investigaciones». Se han abierto por drogas, violencia de género o blanqueo.

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65 euros al día de pensión

Este equipo ha constatado que a los pisos acuden clientes más jóvenes que a los clubes, donde estas trabajadoras del sexo apoquinan 65 euros al día en concepto de 'pensión completa'. «Entre ellas se comunican y comparten impresiones sobre qué pisos están mejor o peor».

Añade Virginia que «muchas no saben que son víctimas. Con tacto tratamos de explicarles conceptos como la coacción». Y que «prácticamente todo lo que ganan para ellas lo mandan a sus países». Estos agentes tienen una espinita clavada: las chicas de las rotondas. Inaccesibles. Y posiblemente muertas de miedo por las reacciones a cualquier muestra de rebeldía. «Es muy difícil acceder a ellas, aparte de que cada poco tiempo cambian».

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