Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
¿Es creíble una menor de 16 años que denunció los presuntos abusos sexuales sufridos a manos de su padrastro en 2018, luego se retractó y ayer los denunció de nuevo? Ese es el dilema al que deben poner nombre los tres magistrados de la ... Audiencia Provincial de Álava, sala en la que este caso quedará hoy visto para sentencia.
El acusado, su padrastro entre 2015 y 2018, se enfrenta a una petición fiscal de once años y medio por un «delito continuado de abuso sexual con acceso carnal a menor de 16 años». Ayer, en la primera jornada del juicio, negó cualquier contacto físico con la chica. Achacó su acusación a que «desde el primer día no aceptó mi relación con su madre. Eran celos». Aunque a continuación dijo que «nuestra relación ha sido muy buena». También aseguró que dos cartas donde se verbalizan los abusos, supuestamente manuscritas por la niña, «no son de su letra».
el procesado
En la primavera de 2018, la pequeña denunció los ataques sexuales cuando ambos se quedaban a solas en casa. Entonces contaba doce años. El Consejo del Menor de la Diputación se hizo cargo de ella, situación que continúa a día de hoy. Después de ese punto de inflexión, contó el encausado, la pequeña les visitó en un par de ocasiones. «Pidió perdón y hasta dio abrazos». No informó a los servicios sociales «porque no caí en la cuenta en ese momento».
Acompañada por personal foral, la pequeña tuvo que dar su versión. Con tono tímido, habló de que «me llevaba mal con él (el encausado) porque desde el primer día me pegó. También lo hizo más veces». Habló de «varios» abusos sexuales sin precisar número.
En 2018, su revelación cayó como una bomba en su entorno, una familia tipo de Vitoria. Al ser requerida por el fiscal si se lo había inventado, fue tajante. «No, me ha pasado». También admitió que desde aquel paso «tengo menos confianza en mí misma, me siento más insegura». No tiene relación con su hermana mayor. «Piensa que miento». Siempre según su testimonio, ésta le invitó a desdecirse en una comida familiar posterior. Ella accedió. ¿Por qué? «Quería recuperar la relación con mi hermana y mi familia».
Hasta tres técnicas forales refirieron un sentimiento de culpa en la niña. «Se ha sentido cuestionada y con miedo a perder a su familia. Varios de ellos le decían que era una mentirosa», se escuchó en la sala de vistas.
La hermana de la víctima se ratificó en que «me dijo que la acusación fue por celos, que era todo mentira». Al mediodía, el guión saltó por los aires con dos testigos de la defensa, ambos tíos de la pequeña. Coincidieron en que la retractación en la comida familiar se debió a que «estaba coaccionada por el acusado».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.