La Diócesis apoya a las clarisas de Vitoria: «Tienen que reclamar su convento; el patrimonio es de ellas»

El vicario general, Carlos García Llata, «confía» en las monjas rebeldes de Belorado y espera «que quede en un mal sueño». «Estaban muy agobiadas económicamente»

Jueves, 16 de mayo 2024, 12:39

El vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García Llata, ha afirmado esta mañana que lleva «con sufrimiento y dolor» la polémica de las monjas rebeldes de Belorado y Orduña surgida esta semana, autoexpulsadas de la Iglesia Católica el lunes y adscritas a la ... controvertida corriente de la Pía Unión de San Pablo Apóstol por una fallida operación inmobiliaria que va sumando capítulos. Un culebrón que ha saltado del escenario eclesial al judicial, según ha adelantado EL CORREO este jueves.

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El pulso ha alcanzado un nuevo nivel en la lucha por el monasterio de Santa Clara en Orduña, propiedad de las clarisas de Vitoria pero controlado por las hermanas díscolas de Belorado tras comprometerse a abonar 1,3 millones de euros y afrontar sólo el primer pago, de 100.000 euros. Sin embargo, la congregación católica establecida en la capital alavesa ha contratado los servicios de un conocido bufete para recuperar su monasterio por la vía judicial. Piden la rescisión del contrato de compraventa alegando incumplimiento por impago de las cantidades acordadas. En este punto, las religiosas vitorianas han recibido el respaldo de Carlos García Llata. «Ellas tienen que reclamar, porque el patrimonio es de ellas y también tienen que garantizar la imagen de la Iglesia».

Pero el vicario general también ha defendido la bondad de las clarisas de Belorado, tras recordar que es «una persona muy cercana» a ellas y que tiene un «contacto directo». «Son buenas personas que se encuentran en un momento difícil, como el que puede tener cualquier persona, sea religiosa o no». Pero en medio de esta situación de dificultad económica, «ha aparecido un interlocutor que ha querido aprovecharse», haciendo referencia al falso obispo bilbaíno Pablo de Rojas.

El vicario general ha insistido en que no tiene ningún juicio negativo sobre ellas. «Son mujeres trabajadoras que estaban pasando una grave situación económica, están muy agobiadas económicamente, tengo constancia de ello. Ellas no podían hacer frente a pagos, ni siquiera a las obras que hicieron de restauración del tejado del monasterio de Orduña». En este punto, ha admitido que lo ocurrido «ya lo veníamos sospechando desde hace un mes, desde que apareció un misterioso comprador, pero no me esperaba para nada que llegaríamos a esta situación. Sigo hablando con ellas y espero que podamos llegar a un acuerdo porque confío en ellas». García Llata espera poder establecer puentes y que «toda esta locura se quede simplemente en un mal sueño y las cosas vuelvan a su cauce».

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