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Janire durante la ascensión benéfica al Gorbea. E. C.
«Es vergonzoso que nos denieguen la ayuda y digan que la silla de ruedas eléctrica es un peligro para mi hija»

«Es vergonzoso que nos denieguen la ayuda y digan que la silla de ruedas eléctrica es un peligro para mi hija»

La familia de Janire, una joven vitoriana que sufre tetraparexia espástica, denuncia que la Diputación les haya privado de la subvención para comprar un nuevo aparato de propulsión mecánico

Jueves, 23 de enero 2020, 19:28

A la joven Janire, que sufre tetraparexia espástica, se le ha quedado pequeña su silla de ruedas eléctrica. Hasta el punto de provocarle heridas en piernas y espalda. El aparato se encuentra en muy mal estado, pero aún permite a esta joven de 19 años moverse de manera autónoma desde hace seis, lo que además fomenta su inclusión social. Ha cumplido su labor y ahora toca cambiarla, pero no es fácil. Su elevado precio -oscila entre los 15.000 y los 18.000 euros- hace que sea necesario para cualquier familia una ayuda económica que normalmente llega desde las instituciones en forma de subvención. Pero en esta ocasión la Diputación Foral de Álava ha rechazado la petición que Janire realizó el pasado mes de julio. «Es vergonzoso. Llevamos seis meses esperando para que ahora la denieguen. Su cuerpo ha cambiado. Ha crecido, ha engordado... A pesar de todo, ella no pierde su sonrisa», denuncia su madre Leyre Retuerto, quien ha decidido recurrir la resolución emitida por la Diputación.

La institución foral argumenta que Janire no cumple con los requisitos que se reflejan en la convocatoria pública, donde se explica que «para la concesión de la silla de ruedas a propulsión se requiere una discapacidad igual o superior al 75% para andar y moverse», además de «una incapacidad para la propulsión de silla de ruedas de forma manual». Asimismo, el documento al que ha tenido acceso EL CORREO señala que se precisa que «las funciones mentales y visuales deben permitir el control de la silla sin que suponga un riesgo para la integridad del usuario u otras personas».

Una resolución con la que no está de acuerdo la familia, que ha decidido recurrir esta decisión porque Janire «lleva muchos años usando una silla de propulsión eléctrica. Nunca ha tenido ningún percance y ahora alegan que es un peligro para otros y para ella». «Su sueño es muy pequeño. Es esa silla nueva. Para ella es su vida, su día a día y su independencia», zanja su madre Leyre. Precisamente el pasado mes de junio Aitor Costa realizó once ascensiones consecutivas al Gorbea, lo equivalente a coronar los más de 8.800 metros del Everest, en un evento solidario con el que se recaudaron fondos para conseguir una nueva silla eléctrica.

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