La vendimia en Rioja Alavesa podría retrasarse a mediados de septiembre

Así se recoge en el último informe de situación del viñedo en Rioja Alavesa y la Cuadrilla de Ayala, que se ha hecho público esta semana. Los expertos sostienen que este mes de agosto está siendo «caluroso y seco». No obstante, recuerdan que se han registrado dos tormentas puntuales de «intensidad variable» por zonas. El día 2 cayeron 9,2 milímetros de lluvia en Moreda de Álava, pero tan solo 3 en Labastida. Las tormentas más intensas se anotaron entre los días 13 y 14. Esas precipitaciones dejaron entre 13 y 14 milímetros de lluvia de forma escalonada. El agua caída permitió refrescar los viñedos de Labastida, Villabuena y Baños, pero fueron «menos generosas» en zonas como Lapuebla o Elvillar. En cualquier caso, se hace hincapié en que este mes se ha recurrido al riego en puntos con acceso a regadío (Lapuebla, Laserna, Baños, etcétera…) al objeto de «paliar el estrés hídrico que está afectando a hojas basales, viñedos jóvenes y a las caras de los viñedos más expuestas al sol de tarde», recoge el escrito de la Casa del Vino.

El inicio del envero -el cambio cromático- marcado por temperaturas suaves se produjo unos diez días después respecto a los dos años anteriores. Esa tendencia se ha mantenido de forma generalizada, «ayudada ahora por las altas temperaturas diurnas», por encima de los 35 grados, que provocan que la actividad de la cepa se «ralentice». Además, en el mes de julio y lo que llevamos de agosto, salvo jornadas puntuales de ola de calor, se está dando la suficiente «amplitud térmica diurna y nocturna, que favorece los procesos de envero y maduración» de la uva. Si continúa esta tendencia -prosigue el informe- parece que «el ciclo se completará de forma óptima alrededor del 15 de septiembre para la uva blanca y diez días más tarde para la tinta». Estas estimaciones dependerán, como siempre, de la meteorología en todos los días que quedan hasta llegar a esas fechas.

En lo que a la cantidad de uva se refiere, en esta campaña parece que se recogerán menos kilos que en años precedentes. Es un «reflejo de la menor cantidad de racimos, que además son de menor tamaño y con granos más aireados», se indica desde la Casa del Vino. En cuanto a la sanidad vegetal, se mantiene el «óptimo estado sanitario del viñedo». En este sentido, se mantienen controlados los posibles focos de mildiu larvado u oídio por medio de los preceptivos tratamientos, que estos días están ya llegando a su fin. Además, se está realizando algún aclareo puntual para garantizar que los racimos estén sueltos, evitando que se apelmacen entre ellos y puedan ser origen de botrytis en fechas venideras.

El Servicio de Viticultura y Enología de Diputación desliza que en la comarca de la denominación de origen Arabako Txakolina, los racimos se encuentran, en general, en el estado de inicio de envero, que se aprecia en variedades tintas como la Hondarrabi Beltza. Estos días de agosto han sido secos y con temperaturas puntualmente altas, unas «condiciones que han ayudado al control del mildiu, endémico de la zona», se reconoce desde la Casa del Vino. No obstante, aún quedan por delante al menos dos tratamientos que garanticen la llegada a vendimia en buen estado sanitario.

De forma paralela, se hace hincapié en que el control de la cubierta vegetal sigue siendo necesario, al igual que las labores de despuntado. «También en esta zona se precia un retraso de aproximadamente siete días con respecto a la campaña anterior, que vino adelantada, situándose en fechas más habituales características de temporadas pasadas», subraya el informe. Las expectativas de producción son «buenas»; incluso se ve prevé que sean mayores que el año pasado.